El mercado del petróleo ha experimentado un cambio notable con el aumento de los futuros del crudo West Texas Intermediate (WTI), que superaron los US$ 78 por barril el lunes. Este incremento, que se ha mantenido durante tres sesiones consecutivas, se produce en un contexto donde la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) ha reafirmado la solidez de los fundamentos del mercado petrolero. La OPEP atribuye la reciente caída de los precios a los especuladores del mercado financiero, en lugar de a factores fundamentales del mercado, ofreciendo una perspectiva optimista para el futuro del mercado petrolero.
En su informe mensual, la OPEP ha revisado al alza su pronóstico de crecimiento de la demanda mundial de petróleo para 2023, estableciéndolo en 2,46 millones de barriles por día. Esta revisión se basa en las tendencias de crecimiento global sólidas y un mercado petrolero saludable. A pesar de los recortes de suministro implementados por la OPEP y sus aliados, el informe destaca un incremento en la producción de petróleo de la OPEP en octubre. Este aumento se debe principalmente a los incrementos en la producción de Irán, Angola y Nigeria, contrarrestando los efectos de los recortes previos.
Por otro lado, la Administración de Información de Energía (EIA) de los EEUU ha presentado una perspectiva menos optimista. Según la EIA, se espera que el consumo de gasolina per cápita en los EEUU caiga al nivel más bajo en dos décadas. Además, la producción de petróleo crudo en 2023 se prevé que aumente ligeramente menos de lo esperado anteriormente. En un desarrollo relacionado, las refinerías chinas han reducido sus pedidos de suministro a Arabia Saudita para diciembre, lo que podría indicar una disminución en la demanda de petróleo en uno de los mayores consumidores de energía del mundo.
El panorama mixto en el mercado petrolero global sugiere una compleja interacción de factores que afectan los precios del petróleo. Mientras la OPEP mantiene una visión optimista, basada en un crecimiento sostenido de la demanda y un mercado saludable, los datos de la EIA y las acciones de las refinerías chinas apuntan a posibles desafíos en el horizonte. Este escenario plantea preguntas sobre la estabilidad a largo plazo de los precios del petróleo y la capacidad de los productores para adaptarse a cambios en la demanda. La situación actual subraya la importancia de una vigilancia continua y una estrategia adaptable por parte de los países productores y consumidores para navegar en un mercado energético global cada vez más dinámico y complejo.