A propósito del Puerto de Chancay: Nuevos Negocios Marítimos Sostenibles

Con la inauguración del puerto de Chancay, Perú se posiciona como un actor clave en la cadena logística global, abriendo nuevas oportunidades de negocio en el sector marítimo. En un contexto donde el cambio climático y la sostenibilidad son prioridades, los nuevos negocios marítimos deben alinearse con estos principios, integrando tecnologías verdes y prácticas sostenibles sin sacrificar su viabilidad técnica y económica.

Uno de los negocios emergentes es el transporte marítimo autónomo, que promete reducir las emisiones mediante la optimización de rutas y la eliminación de errores humanos. Las naves autónomas requieren inversiones significativas, con costos entre US$15 y US$25 millones por nave, o US$1.500 a US$2.500 por TEU. La factibilidad técnica se basa en la implementación de sistemas avanzados de navegación y ciberseguridad, mientras que la sostenibilidad se logra mediante la reducción del consumo de combustible y la optimización de operaciones portuarias.

En el ámbito de servicios de green shipping, la adopción de combustibles alternativos como el hidrógeno verde y el gas natural licuado (GNL) es esencial para reducir la huella de carbono de la industria naviera. Las inversiones en estas naves pueden oscilar entre US$25 y US$40 millones, lo que equivale a US$2.500 a US$4.000 por TEU. La viabilidad de estos proyectos depende no solo de la infraestructura portuaria para abastecer estos combustibles, sino también de incentivos gubernamentales y normativas que promuevan la adopción de tecnologías limpias.

La energía offshore es otro negocio clave, especialmente la eólica marina, que se alinea con los objetivos de mitigación del cambio climático. Los proyectos de este tipo de negocios requieren inversiones de US$3 a US$6 millones por MW instalado, con una inversión adicional en transporte y logística que puede alcanzar entre US$1.500 y US$3.000 por TEU. La factibilidad de estos negocios depende de la disponibilidad de tecnología avanzada para la instalación y mantenimiento de plataformas offshore, así como de la estabilidad de políticas energéticas que fomenten la inversión en energías renovables.

El negocio de naves feeders también cobra relevancia en el contexto del cambio climático. Estas naves, que conectan puertos hub con terminales regionales, permiten una distribución más eficiente y con menor impacto ambiental al reducir el transporte por carretera. Las inversiones requeridas se estiman en US$1.000 a US$2.000 por TEU, y su viabilidad técnica está ligada a la capacidad de operar de manera eficiente y sostenible en rutas cortas, minimizando las emisiones y optimizando el uso de recursos.

También se cuenta a los servicios logísticos especializados están evolucionando para integrar soluciones verdes en la cadena de suministro. La inversión en centros de distribución automatizados y almacenes con tecnologías sostenibles puede variar entre US$10 y US$20 millones, o US$1.000 a US$2.000 por TEU. Estos negocios dependen de la capacidad para integrar tecnología avanzada que minimice el consumo energético y optimice el manejo de inventarios, adaptándose a las exigencias de sostenibilidad del mercado global.

Asimismo, se tiene a la infraestructura portuaria inteligente que es clave para reducir las emisiones y mejorar la eficiencia operativa. La inversión en tecnologías como el Internet de las Cosas (IoT) y redes inteligentes oscila entre US$5 y US$15 millones, o US$500 a US$1.500 por TEU. La viabilidad de estos proyectos está vinculada a la capacidad de los puertos para reducir el consumo energético, mejorar la gestión de recursos y garantizar la seguridad cibernética, todo ello bajo un enfoque de sostenibilidad.

El negocio de astilleros se está transformando para alinearse con los objetivos de sostenibilidad y eficiencia energética. La construcción de naves ecológicas y la modernización de flotas requieren inversiones de US$50 a US$150 millones por astillero, dependiendo del tamaño y la tecnología implementada. Factores clave para la viabilidad incluyen el uso de materiales reciclables y sistemas de propulsión limpia. Además, la optimización de procesos y la reducción del impacto ambiental son fundamentales para cumplir con las normativas internacionales y mantener la competitividad en el mercado global.

El reciclaje y desmantelamiento de naves es un negocio que está ganando relevancia en el marco de la economía circular. Las instalaciones especializadas en desmantelamiento ecológico requieren entre US$10 y US$20 millones, o US$1.000 a US$2.000 por TEU. La factibilidad técnica y económica depende del cumplimiento de normativas ambientales internacionales y de la capacidad de las instalaciones para gestionar de manera segura y eficiente los materiales recuperados.

El abastecimiento sostenible de alimentos, agua y combustible para naves también se ha convertido en una prioridad en la industria marítima. Las inversiones en este negocio varían entre US$10 y US$50 millones, con un enfoque en el uso de biocombustibles y tecnologías que minimicen las emisiones de carbono. La factibilidad de estos negocios depende de la logística eficiente y la gestión de recursos a bordo, así como de la capacidad para ofrecer soluciones sostenibles que cumplan con las exigencias ambientales y operativas de las navieras modernas.

Los nuevos modelos de almacenamiento y distribución que integran principios de sostenibilidad transformando la logística marítima también son nuevos negocios marítimos atractivos. Las inversiones en almacenes automatizados y centros de distribución flexibles, que pueden manejar grandes volúmenes de manera eficiente, varían entre UDS$10 y US$25 millones, o US$1.000 a US$2.500 por TEU. La factibilidad de estos modelos depende de la capacidad de las empresas para implementar tecnologías de automatización que reduzcan el consumo de energía y mejoren la eficiencia operativa.

En este contexto, el puerto de Chancay no solo representa una expansión física de la infraestructura portuaria altamente competitiva del Perú, sino también una oportunidad para el desarrollo de nuevos negocios marítimos para inversores que además aplican prácticas sostenibles. La clave para el éxito de estos negocios radica en equilibrar las inversiones en tecnología verde con la factibilidad técnica y económica, asegurando que estos nuevos negocios no sólo contribuyan a la conectividad de la cadena logística global y eficiencia económica del transporte marítimo internacional sino a la mitigación del cambio climático al traer consigo tecnologías y practicas sostenibles.