El banco central de Argentina tomó una medida sin precedentes el 14 de agosto, elevando su tasa de interés Leliq en 21 puntos porcentuales, llegando a un 118%. Esta decisión se tomó en un intento por contener las ventas masivas en los mercados de divisas paralelas y en bonos denominados en dólares, reflejando la volatilidad y la incertidumbre que enfrenta la economía argentina.
La reacción adversa de los mercados financieros fue impulsada por la sorpresiva victoria de Javier Milei en las elecciones primarias del país. Milei, un crítico feroz del banco central y defensor de una economía dolarizada, ha generado preocupación entre los inversores y ha provocado ventas masivas de activos argentinos, exacerbando la ya frágil situación económica del país.
A lo largo del año, la tasa Leliq ha experimentado un aumento significativo de 43 puntos porcentuales. El banco central se encuentra en una posición complicada, luchando contra tasas de inflación que superan el 100% anual y un peso en constante devaluación. Además, los acuerdos con el FMI ponen más presión sobre Argentina, ya que exigen que el país mantenga tasas de interés reales positivas en medio de este escenario económico desafiante.