El gasto anual per cápita en servicios públicos varía significativamente entre los países debido a una serie de factores, incluyendo la riqueza y el desarrollo económico general, la calidad y disponibilidad de los servicios públicos, y las políticas gubernamentales que regulan y financian estos servicios. Países más ricos y desarrollados económicamente tendrán un gasto per cápita más alto en servicios públicos, ya que tienen la capacidad financiera y la infraestructura para proporcionar servicios de alta calidad a sus ciudadanos. Por otro lado, países con economías menos desarrolladas tendrán un gasto per cápita más bajo, ya que no cuentan con los mismos recursos financieros y infraestructura para proporcionar servicios públicos de alta calidad.
