La economía de EEUU registró un crecimiento anualizado del 2,1% en el segundo trimestre de 2023, una cifra menor a la estimación preliminar del 2,4% y ligeramente superior al 2,0% del primer trimestre. Este ajuste a la baja se debió principalmente a revisiones en la inversión privada en inventarios y la inversión fija no residencial. Sin embargo, estas disminuciones fueron parcialmente compensadas por un aumento en el gasto de los gobiernos estatales y locales.
El gasto del consumidor se desaceleró significativamente, pasando de un crecimiento del 4,2% en el primer trimestre a un 1,7% en el segundo trimestre. De manera similar, el consumo público también disminuyó, de un 5,0% a un 3,3%. Por otro lado, la inversión fija no residencial experimentó un aumento significativo, registrando un crecimiento del 6,1%, el más alto en casi un año. Las exportaciones sufrieron una fuerte caída, con una disminución del 10,6%, la más grande desde el segundo trimestre de 2020, cuando la economía estaba lidiando con las secuelas de la pandemia de COVID-19. Además, la inversión fija residencial continuó su tendencia a la baja por noveno período consecutivo, con una disminución del 3,6%.
La desaceleración en el crecimiento económico de EEUU plantea preguntas sobre la robustez de la recuperación económica en el país. La disminución en el gasto del consumidor y el consumo público sugiere que podría haber cierta cautela en ambos sectores. La fuerte caída en las exportaciones también podría ser una señal de preocupación, especialmente en el contexto de tensiones comerciales globales y la recuperación económica desigual en diferentes partes del mundo. Sin embargo, el aumento en la inversión fija no residencial podría ser una señal positiva para el futuro, indicando una mayor confianza en la economía por parte de las empresas.