El presidente Biden propuso cuadriplicar el impuesto especial del 1% aplicado sobre la recompra de acciones por parte de empresas, dando así una nueva alícuota apostada en el 4% sobre la misma base. Muy lejos de arribar a su objetivo, el impuesto podría inducir la devolución de valor a los accionistas, es decir los dividendos. El impuesto revaloriza los dividendos, alienta a la descapitalización de las empresas y penaliza la inversión, todo lo contrario de lo que pretende.
Las medidas del Gobierno pretenden una nueva reversión parcial de la Ley de Empleos y Reducción de Impuestos de 2017, sancionada por el expresidente Donald Trump. Los impuestos en la mira del oficialismo son particularmente nocivos para la actividad económica. Al mismo tiempo se propone reactivar los programas de asistencia y estímulo fiscal, a pesar de que la pandemia terminó hace 3 años y con ella la emergencia.