El modelo económico, la Constitución y Fuerza Popular

Nota del autor. Al escribir esta columna me entero del fallecimiento del dos veces presidente del Perú Alan García (1949 – 2019). Tuve oportunidad de dialogar con el expresidente en varias oportunidades, tanto en su primer como en su segundo mandato. Hombre de extraordinaria inteligencia y prodigiosa memoria eidética. Conocedor de la historia del Perú y de muchos otros temas con pasmosa exactitud en fechas y detalles. Muere víctima de su obsesión con su legado histórico y el abuso de un sistema judicial corrupto y manipulado con fines políticos. Descanse en paz, presidente García.

En reciente nota del columnista del New York Times, Thomas Friedman, tres veces ganador del premio Pulitzer y autor del éxito de librería “La Tierra es Plana”, escribe sobre el retorno triunfal del jugador de golf Tiger Woods.

El renombrado periodista nos relata que, al igual que millones de personas en el mundo, quedó impresionado por el retorno triunfal de Tiger Woods a la edad de 43 años para ganar uno de los principales torneos de golf en el mundo como es el “Masters” de Augusta en Georgia EUA y se pregunta: ¿Qué se puede aprender de él?

Es difícil para los que no practican el golf apreciar el alcance del logro físico y psicológico de Tiger Woods, después de que pasó por cuatro cirugías de espalda y la exposición de la prensa sensacionalista a escala mundial de sus infidelidades conyugales. El golf es el deporte que se parece más a la vida de una persona, porque se juega en una superficie desigual. Los golpes buenos y malos están integrados en el juego, y el éxito en el golf es saber cómo reaccionar a esos buenos y malos golpes que se dan en el juego. ¿Renunciar? ¿Lanzar tu palo al césped? ¿Hacer trampa? ¿Quejarte? ¿Culpar a otro?

¿O hacer lo que los grandes golfistas hacen cuando la pelota rebota en las ramas de un árbol y vuelve al lugar inicial o la pelota termina en una trampa de arena o se va al estanque de agua? Lo que hace un grande es responder con un lanzamiento extraordinario que serpentea a través de los árboles, sobre la colina y más allá de la trampa de arena, evita el estanque a la izquierda y aterriza justo en el medio del “putting green” muy cerca del hoyo, que es exactamente el tiro que golpeó Tiger en el hoyo 11 de los árboles en Augusta el pasado domingo.

Hacer eso bajo presión es impresionante, pero no es sólo la suerte o incluso los atributos físicos los que cuentan. Se trata de la práctica: horas y horas y horas. Y ahí es donde está el significado del regreso de Tiger: su disposición a comprometerse con interminables horas de rehabilitación física y luego interminables horas de práctica. ¿Cuántos de nosotros tenemos esa voluntad de hierro?

El golf es un juego mental, y si usted está distraído por algo, nunca va a tener el nivel necesario para ganar en el golf profesional. Es por eso que el juego de Tiger Woods se deterioró después de que sus infidelidades habían sido transmitidas por todo el mundo en 2009. Lo que había en su cabeza se tradujo en sus manos, y se tradujo en sus puntuaciones. Durante la mayor parte de una década, no pudo ganar un solo torneo “major” hasta que su espalda se curó y él consiguió librarse de sus infidelidades, convirtiéndose en un buen padre y una mejor persona para sus fans y sus compañeros golfistas. Volver a sus orígenes de humildad y práctica constante claramente le despejó su mente, y estoy seguro de que su cuerpo también, por lo que volvió a ofrecernos el desempeño que llevó a Tiger Woods en sus inicios a ganar 14 “majors” y a liderar el ranking mundial de golf a muy temprana edad.

La experiencia vivida por Tiger Woods se puede aplicar a Fuerza Popular y su relanzamiento anunciado esta semana. Si se quiere lograr una vuelta triunfal del fujimorismo se requiere volver a sus orígenes. Volver a lo que Alberto Fujimori practicó en sus inicios: humildad, trabajo y disciplina. Con estas tres virtudes Fujimori consiguió erradicar el régimen socialista imperante en nuestro país por más de 20 años. Consiguió derrotar la insania de Sendero Luminoso y el MRTA. Y estos logros fueron plasmados en la nueva Constitución que consagra un nuevo modelo económico liberal que relega al Estado a un rol subsidiario en la actividad económica.

La Constitución y el modelo económico han permitido atraer inversión extranjera y nacional en niveles nunca vistos en nuestra historia reciente (ver Gráfico 1) y que se han traducido en tasas de crecimiento del PBI significativas que la prensa mundial ha denominado el “milagro económico peruano”.

Lamentablemente la izquierda peruana nunca ha aceptado la eliminación del modelo socialista ni en el campo ideológico ni en el económico y en consecuencia ha venido trabajando en forma subrepticia para socavar el modelo económico primero y lograr el cambio de la Constitución después. Recordemos que Humala juró por la Constitución de 1979 desconociendo la Constitución vigente. No es de sorprender entonces que los niveles de inversión hayan caído durante el periodo de Humala y que el gobierno de PPK y Vizcarra no ha sabido revertir.

La actual dirigencia de Fuerza Popular no debe esperanzarse en que la vuelta de los históricos y el amiste de los hermanos Fujimori de por sí van a solucionar los problemas del fujimorismo con el electorado. Eso no va a ser suficiente. Se requiere actuar como ha actuado Tiger Woods para su retorno triunfal. Se requiere de muchas horas de trabajo con las bases. Se requiere de un partido de ancha base imbuido de las ideas primordiales del fujimorismo que son las que están consagradas en la Constitución de 1993. Pero sobre todo se requiere un trabajo mental que cambie la actitud del militante. No se ingresa a Fuerza Popular para obtener un beneficio personal. No se ejerce la dirigencia o una curul por el aporte otorgado. Se ejerce la dirigencia con base en la meritocracia y a la identificación con el ideario del partido.

Se requiere un plenario partidario que defina un programa de acción que devuelva al fujimorismo su ideario primordial. Y ese ideario es la Constitución de 1993. Basta de iniciativas parlamentarias populistas que van contra el espíritu del modelo económico consagrado en la Constitución. La flexibilidad laboral consagrada en la Constitución y cercenada por una decisión unilateral del Tribunal Constitucional debe ser enmendada. Se requiere de una reforma tributaria que fomente la creación de empleo formal y la coparticipación regional equitativa de todos los impuestos.

Una ley de seguridad previsional y de salud que prioricen los sistemas contributivos y garanticen la cobertura universal. Reemplazo de los actuales programas de alivio de la pobreza temporales basados en transferencia monetaria por programas de siembra y cosecha de agua, reservorios, reforestación y tecnología de riego que posibiliten la eliminación de la pobreza de forma permanente. Un programa de consolidación y racionalización de los entes reguladores que son fuente de ineficiencia y burocracia estatal. Reforma del sistema de administración de justicia basada en la eliminación de la discrecionalidad de los jueces y fiscales fuente primaria de la corrupción existente.

La aprobación del programa de acción con los puntos mencionados y otros que se alineen con los principios consagrados en la Constitución, por parte del plenario partidario, permitirían a Fuerza Popular incorporarlos a la agenda legislativa de los próximos años. Fuerza Popular, al igual que Tiger Woods, podría volver ante los ojos de la ciudadanía a sus orígenes y recuperar la confianza del electorado, hacer frente a la izquierda, y de esta manera volver triunfante en las elecciones del 2021.