El “No sé”, es una virtud

En nuestro inconsciente colectivo, se tiene la errónea idea de que el decir “no sé” es un demérito que linda con la vergüenza e incluso la exclusión social. Sin embargo nada es más ajeno de la verdad (entendía como la búsqueda del saber), como lo comentó hace varios siglos el filósofo griego Sócrates, que en un momento de profundidad existencial, nos dejó ese pensamiento célebre: “yo sólo sé que nada sé”. Mostrando en ello su grandeza y humildad.

La formación educativa que hemos tenido en nuestro país, y puedo aventurarme a extenderlo a la gran parte de los países de Latinoamérica, es que el preguntar al maestro o al entorno algo que no sabemos, genera en nosotros una sensación de desazón o sonrojo, porque eso es lo que hemos aprendido. Y el quedarse callado, o peor aún, dar respuestas sin base científicas, apelando a la charlatanería y adagios populares sin rigor científico, es muy común en la historia del ser humano. Pero que en lugar de tomarnos un tiempo para meditar sobre esta actitud contumaz, sólo actuamos y creemos saberlo todo. Gran error, porque nos seguimos autoengañando, lo que conlleva a no cambiar, como resultado de no aprender algo nuevo, porque no reconocemos nuestra gran ignorancia.

El ser humano tiene el deber de progresar, y éste progreso se inicia con el cuestionamiento de reconocer que la ignorancia es una virtud, sí, una virtud. Porque tomamos conciencia de que no sabemos, y a raíz de esa sensación de insatisfacción, nos movilizamos para aprender y generar un cambio en nuestro estado. Eso es progreso, es conocer más, claro a través de la investigación, y superar esa parte de ignorancia preliminar. Pero al final, siempre vamos a ignorar cosas, y bienvenida esa insatisfacción, porque nos hace pensar, investigar y sobretodo desarrollarnos. Creando un círculo virtuoso no sólo en el individuo, sino en la sociedad misma, ya que exponemos lo aprendido y lo masificamos mediante nuestras acciones.

Los gerentes tienen la obligación de hacer pensar a sus equipos de trabajos, y hacerles ver que el preguntar cuando no saben algo, es un requisito fundamental para el TEAM A1, por las razones antes mencionadas. Lo que sí sería un peor escenario el tener en nuestros grupos de trabajos los “chabelos”, los chabelo…todo”, porque generan una soberbia y rechazo que mina la interacción saludable en los equipos de trabajos. Decirle NO al “chabelo….todo”.