El Retorno de la Heterodoxia Económica

La irracionalidad del anunciado incremento de la remuneración mínima vital

Las políticas económicas heterodoxas están asociadas al control de precios, salarios, tasas de interés y tipo de cambio, a la estatización de los medios de producción (empresas públicas), y a la sobrerregulación de la actividad económica. En el Perú estas políticas fueron practicadas en los años de Velasco, segundo gobierno de Belaunde y primer gobierno de García y nos llevaron al colapso económico y a la hiperinflación.

Las políticas económicas ortodoxas se basan en la teoría económica neoclásica que promueve una economía competitiva y de libre mercado, donde el incremento de las remuneraciones (sueldos) reales acompañan al crecimiento de la productividad laboral real, definida como el valor agregado real promedio generado por cada trabajador empleado (PBI/número de empleados). En nuestro medio el número de empleados se define como el número de trabajadores formales e informales. Las remuneraciones se definen como los salarios recibidos por los empleados formales y los informales, incluyendo los sobrecostos asociados al factor trabajo.

El INEI publica anualmente las cuentas nacionales que incluyen información sobre el valor agregado real (PBI), el número de trabajadores formales e informales y sus respectivas remuneraciones promedio, incluyendo los sobrecostos laborales asociados al pago de contribuciones sociales y otras cargas asociadas al factor trabajo. Con esta información se puede calcular la productividad laboral

En el Gráfico 1 se muestra la evolución de la variación real promedio de la productividad laboral y de las remuneraciones reales para el periodo 2011 – 2019. Para el 2019, el crecimiento del PBI se ha estimado en 2.3% para el cálculo de la productividad laboral y en forma similar se ha estimado el crecimiento del empleo total (formal + informal) y sus respectivas remuneraciones.

Observamos que, como lo predice la teoría económica ortodoxa, el crecimiento real de la productividad laboral promedio ha venido acompañando el crecimiento de las remuneraciones reales. Es decir, que el ajuste de los sueldos reales es un resultado del incremento de la productividad real del trabajador promedio. En unos años las remuneraciones han crecido por encima de la productividad y en otros ligeramente por debajo, manteniendo el equilibrio entre la productividad laboral y el sueldo promedio real. En el 2019 se estima que el incremento de la productividad laboral ha sido cero y que, como era de esperarse, el crecimiento estimado de la remuneración real promedio (de formales e informales) es cercano a cero.

¿Qué sucede cuando el gobierno arbitrariamente aumenta la Remuneración Mínima Vital (RMV)?  Si el incremento es similar al incremento de la productividad promedio, entonces el equilibrio se mantiene y no hay un efecto significativo sobre la economía. Pero si el incremento es superior al incremento de productividad, se produce un desequilibrio económico que se traduce en un incremento de precios o en un aumento del desempleo. En nuestro país, debido a la magnitud del mercado laboral informal, el ajuste se da a través de una disminución del empleo formal (en algunos casos el cierre de establecimientos) y en un incremento del empleo informal, que no cumple sus obligaciones legales hacia los trabajadores y no sigue las reglas del aumento de la RMV. El problema es que como el trabajador informal es menos productivo, al incrementarse la informalidad cae la productividad promedio de la economía.

En el Gráfico 2, hemos agregado al Gráfico 1 la evolución del crecimiento real de la RMV. Observamos que cada vez que se incrementa la RMV real por encima de la productividad laboral, la informalidad laboral crece y como consecuencia el crecimiento de la productividad laboral cae en los años siguientes. Esto se percibe claramente con el aumento del RMV muy por encima del aumento de la productividad laboral otorgado en los dos primeros años del gobierno de Humala (2011 y 2012).  Luego en el 2016, Humala realizó un incremento de la RMV por encima del incremento de la productividad que generó una reducción del crecimiento de la productividad en 2017 y que fue exacerbada por la inmigración venezolana.

Finalmente, en el 2018 PPK otorgó un nuevo incremento de la RMV muy por encima del crecimiento de la productividad laboral. El efecto de este último incremento lo hemos experimentado el año pasado en el que la productividad laboral no ha crecido. En este escenario, otorgar un nuevo incremento de la RMV seria irracional. Seria aplicar una medida económica a todas vistas heterodoxa y cuya justificación obedecería a razones que salen de la racionalidad económica.

De otorgarse un nuevo incremento de la RMV, si nos guiamos por lo ocurrido en el pasado, la productividad laboral real no solo dejaría de crecer, sino que comenzaría a caer y en un escenario de baja inversión como el que vivimos, podría desencadenar una recesión económica.

Lo peor es que el incremento de la RMV por encima del incremento de la productividad laboral real no es una medida heterodoxa aislada, mas bien es una medida más, que se suma a la larga lista de medidas heterodoxas introducidas por el gobierno de Humala y que se han acentuado con este gobierno, utilizando decretos de urgencia que no cuentan con la fiscalización del Congreso.

El MEF ha sido a lo largo de los años el defensor del modelo económico. Lamentablemente, desde el inicio del gobierno de Humala el papel del MEF como defensor de la racionalidad económica, ha venido disminuyendo. La actual ministra tiene una responsabilidad cardinal para evitar que la heterodoxia vuelva a campear en nuestra economía.  Esperemos que su actuación esté al nivel de las circunstancias.