Las bases de la institucionalidad democrática siguen sin rumbo ante la falta de una reforma política, y esto determina métricas electorales muy decepcionantes: (1) se evidenció un ausentismo del 25%, (2) respecto del 75% que fue a votar, 20% votaron de forma no válida, y (3) sólo el 25% de los candidatos elegidos nacieron de elecciones primarias partidarias.
Otro tema importante, es la baja renovación de cuadros: ante el poco interés de la población en participar en política, se evidenció que 1.908 de los candidatos ya habían ocupado en 2014 los cargos de alcaldes o regidores para los que postularon el domingo, y 1.327 candidatos fueron elegidos en 2018 y ahora postulaban a cargos políticos distintos (¿carrera pública?).