En el contexto económico de Perú, las empresas que adquirieron créditos a través del programa Reactiva Perú están enfrentando un plazo inminente para la reprogramación de sus deudas. Este programa, instaurado hace tres años, fue diseñado por el Banco Central de Reserva del Perú (BCRP) con el objetivo de proporcionar apoyo financiero a las empresas, especialmente a micro y pequeñas empresas, en condiciones favorables, como periodos de gracia, plazos de pago amplios y tasas de interés bajas. El 30 de septiembre marca la fecha límite para que las empresas aplacen estas obligaciones contraídas, y muchas de ellas están evaluando si necesitan reprogramar estas obligaciones o si pueden continuar sin la ayuda de entidades financieras.
De las aproximadamente 500.000 compañías que accedieron a este capital de trabajo, unas 180.000 empresas han logrado amortizar y liberarse totalmente de estas deudas. Sin embargo, la gran mayoría, específicamente 320.234 empresas, aún mantenían saldos deudores de Reactiva a julio último, según datos de la Superintendencia de Banca, Seguros y AFP (SBS). Las empresas que probablemente requerirán reprogramar su préstamo de Reactiva Perú pertenecen a sectores que han sido significativamente afectados este año, como pesca, agro y turismo. Las instituciones financieras están en una disyuntiva sobre conceder o no facilidades de pago adicionales a las empresas que lo soliciten, y están evaluando rigurosamente si las empresas cumplen con las condiciones para reprogramar la deuda.
El saldo de la deuda de Reactiva ha experimentado una disminución significativa, de S/ 58.000 millones a S/ 9.837 millones en tres años. Esta rápida caída se atribuye principalmente a que las grandes empresas, que tenían los créditos más voluminosos, los amortizaron más prontamente. No obstante, el 90% de la deuda total pendiente del programa ha sido reprogramado principalmente por micro, pequeñas y medianas empresas, que cuentan con menos respaldo financiero que las grandes compañías. La situación política actual en Perú, bajo el régimen de Pedro Castillo, junto con problemas económicos y climáticos, ha afectado la recuperación de las empresas, y muchos sectores, como el turismo, necesitan más tiempo para recuperarse y pagar sus deudas.