¿Qué hay en común entre las multinacionales Odebrecht y Samsung?. Muchas coincidencias, no sólo el hecho de ser organizaciones con altos niveles de rentabilidad, proyectando una imagen corporativa digna de estudio de las mejores escuelas de negocios en el mundo. Pero también presentan otra similitud, los herederos y altos ejecutivos están implicados en casos de corrupción al más alto nivel con sus gobiernos, penoso.
En primer lugar, un brasileño, Marcelo Odebrecht, heredero de un conglomerado empresarial brasileño con negocios diversificados en los rubros de la ingeniería y construcción. El segundo Lee Jae-yong, de nacionalidad surcoreana, y también heredero de un grupo de empresas multinacionales de los sectores de tecnología, aseguradoras e incluso construcción. En ambos casos sus acciones antiéticas conllevaron a generar inestabilidad política en sus respectivos países, y en el caso de Odebrecht, transcendiendo sus fronteras.
Marcelo Odebrecht fue imputado en su país en una investigación denominada Lava Jato por indicios de corrupción de la petrolera brasileña Petrobras. Tan fuerte ha sido el escándalo que ha influenciado a que la presidenta Dilma Rousseff fuera destituida por el congreso debido a una red de sobornos canalizados por medio de la empresa estatal petrolera lo que puso en marcha su caída. Por el mismo sendero la presidenta de Corea del Sur, Park Geun Hye, ha llevado a que sea destituida por La Asamblea Nacional en Seúl por su implicación en el escándalo de corrupción.
¿A caso para que una empresa sea exitosa debe estar dentro del modelo de negocio la variable corrupción?. Definitivamente no, y ejemplos hay miles, pero lo que sí es importante es mostrarle a la comunidad empresarial que esos “modelos de negocios” tienen fecha de expiración en un mundo cada vez más comunicado y democrático.
La corrupción es una lacra social que merma la moral de los ciudadanos, y que no ayuda a la economía de libre mercado, sino a unos pocos, que al final serán detectados y procesados con todo el rigor de la ley nacional y el repudio internacional.
La principal enseñanza de estos dos casos mediáticos es que los herederos de conglomerados empresariales (especialmente la tercera generación) deben de ser lo más diligentes y probos en su toma de decisiones, generando en ellos el asco a la corrupción, sea estatal o privada, y buscar ser piezas emblemáticas de gestión para no dañar el buen nombre y honor de sus antepasados que soñaron con ser empresas grandes y multinacionales, modelos de gestión, dejando en alto los apellidos de sus fundadores.