En las últimas semanas algunos analistas vienen comentando que las medidas anunciadas por la candidata Keiko Fujimori son abiertamente populistas. Medidas como la distribución directa del 40% del Canon Minero, duplicar la Pensión 65, el Bono Oxígeno, Contigo Perú, y Volver a Empezar han sido cuestionadas, aduciendo que reducirán la disponibilidad de recursos para inversión en infraestructura o que generarán un excesivo incremento de la deuda pública que nos llevaría a perder el grado de inversión y la retracción de la inversión extranjera. Adicionalmente, se argumenta que en el caso del 40% del Canon el monto a distribuir por hogar sería de apenas 365 soles por año.
Para entender la naturaleza no populista de estas medidas es necesario reconocer la gravedad de la crisis económica que sufre el país, generada por el mal manejo de la pandemia. La prolongada cuarentena ha generado una pérdida permanente de empleo formal y un aumento de la informalidad. Esto se ha traducido en una caída del ingreso promedio mensual de 13.4% respecto a los niveles antes de la pandemia (ver Gráfico 1) que mostraban una sostenida tendencia creciente y que la mal llamada reactivación económica no ha permitido revertir.
La caída del ingreso promedio, sumado a la reducción de la cantidad de personas con empleo formal o informal, han dado como resultado una caída de la masa salarial de 33% (ver Gráfico 2) que ha sido compensada. en parte, con el pago de bonos y subsidios a la población más pobre. Estos gastos sumados a la caída de la recaudación tributaria, en el 2020 llevaron a que el déficit fiscal llegara a 9% del PBI y la deuda pública, como porcentaje del PBI, a 34%.
En el corto plazo la verdadera reactivación económica pasa por la recuperación del ingreso promedio y la generación de empleo formal y/o la formalización del sector informal (aumento de la productividad de este sector). El programa Reactiva ha cumplido su papel en evitar el rompimiento de la cadena de pagos del sector formal, pero no ha llegado a las microempresas y al sector informal.
Para llenar este vacío el Plan de Gobierno de FP contempla además de perfeccionar el actual programa Reactiva, la creación de nuevos programas de crédito con la modalidad de Reactiva para personas naturales (Contigo Perú) y para microempresas (Volver a Empezar), es decir programas de inclusión financiera dirigidos a los sectores más desfavorecidos de la población y donde se concentra la informalidad y la baja productividad.
Los programas Contigo Perú y Volver a Empezar, que son programas tipo Reactiva, no pueden considerarse populistas porque no tienen impacto significativo en las cuentas fiscales y definitivamente van a contribuir a la formalización de la economía y aumento de la productividad a través de la inclusión financiera inducida por el otorgamiento de los préstamos contemplados en estos programas.
No es lo mismo otorgar bonos para compensar la pérdida de trabajos e ingresos que otorgar créditos blandos a los informales y a las microempresas. Lo primero incide directamente sobre el déficit fiscal y el nivel de deuda pública mientras que el otorgamiento de créditos no incide mayormente en el déficit pero, sin embargo, si tiene un impacto inmediato en la formalización de la economía y el aumento de la productividad a través de la inclusión financiera.
La distribución del 40% del Canon en forma directa a la población no representa un incremento del gasto sino una redistribución del mismo, reduciendo el monto recibido por los gobiernos regionales, que, en promedio, solo ha sido utilizado en un 60% del mismo y, además, por lo general lo han invertido mal. Duplicar Pensión 65 e implementar el Bono Oxígeno, son transferencias monetarias orientadas a paliar el efecto de la crisis, que promoverán la inclusión financiera y la posibilidad de acceder a préstamos blandos y de largo plazo para aumentar la productividad de los favorecidos por estas transferencias. Estos tres programas, en el ámbito rural fortalecerán los programas de construcción de reservorios, canales, riego por goteo, semillas mejoradas, forestación, siembra y cosecha de agua que permitirán mejorar la productividad y reducir las brechas sociales en el ámbito andino. En el ámbito urbano marginal estas transferencias permitirán a los beneficiarios acceder a préstamos blandos para la refacción o construcción de vivienda a través de los programas Mi Vivienda y Techo Propio o acceder a créditos para pequeños emprendedores bajo el programa Volver a Empezar.
En este contexto, las transferencias del 40% del Canon y otras deben ser interpretadas como la utilización de recursos que en la actualidad no se utilizan o son mal utilizados para apalancar el otorgamiento de créditos blandos y de largo plazo que permitirán aumentar la productividad de los menos favorecidos y la formalización de la economía. Los mencionados créditos blandos tienen que ser complementados por infraestructura pública en las zonas de otorgamiento de estos préstamos, como postas médicas, escuelas, agua y desagüe, energía eléctrica, mejoras de comisarías, conectividad de banda ancha a través de la ampliación de la red dorsal que, al ser ejecutadas a través de núcleos ejecutores, contribuirán a generar empleo productivo y formal y aumentar la productividad, contribuyendo así a la reactivación de la economía.
Estas medidas, orientadas a apalancar la inversión privada de los sectores menos favorecidos, no pueden ser consideradas medidas populistas. Por el contrario, fomentar la inclusión financiera a través del otorgamiento de créditos al sector privado es la mejor manera de aumentar la productividad y reducir la informalidad en el corto plazo.
Es probable que en el corto plazo las miles de obras públicas contempladas en el PdG de FP, que se necesitan para viabilizar el aumento de productividad de los sectores menos favorecidos, eleven el nivel del déficit fiscal ligeramente por encima del nivel contemplado en el Marco Macroeconómico Multianual, pero este aumento inicial será compensado con un mayor crecimiento económico, producto de los mayores niveles de inversión privada que permitirá contener el crecimiento de la deuda pública como porcentaje del PBI.
En el mediano plazo la inversion privada de toda la economía deberá recuperarse significativamente a través de mejoras sustanciales en la normatividad y la ejecución de los grandes proyectos de inversión privada que se ejecutarán cumpliendo las normas de sostenibilidad ambiental y social.
Estos conceptos son los elementos centrales del programa económico del Plan de Gobierno de Fuerza Popular y son radicalmente opuestos a las propuestas de Perú Libre y los grupos de izquierda que lo apoyan. Los programas de la izquierda radical buscan no solamente la continuidad del otorgamiento de bonos y subsidios mediante el incremento de impuestos sino, además, una mayor intervención del estado en la economía, implantando control de precios, cercenando las libertades, el respeto a la ley y el derecho a la propiedad. Es decir redistribuir antes que generar riqueza. Corresponderá al ciudadano bien informado de las alternativas que ofrecen los dos candidatos decidir su voto en estas elecciones.