Con el considerable retroceso del precio del petróleo, se han suscitado varias noticias en la última semana que han sacudido el mercado petrolero. Primero fue Eulogio del Pino, presidente de PDVSA, declarando el jueves último que tras las reducciones de precios que Arabia Saudita y Kuwait realizaron a sus clientes, se ha entrado a una franca guerra de precios; luego fue Irán anunciando que la OPEP podría mantener precios de US$ 80 dólares el barril durante varios años; y por último, el Ministro de Petróleo de Kuwait comentando que era improbable esperar una reducción de la producción de la OPEP en su próxima reunión de noviembre porque sería inefectiva. Tras estas noticias queda claro que no hay razones para que el precio no siga a la baja.
Pero que gana la OPEP con precios a la baja. Son cuatro los campos de batalla en los que la OPEP libra batalla y en los que le viene bien precios en declive: (1) a todas luces el Cártel, hoy más que nunca, libra una encarnizada lucha contra EEUU para recuperar la cuota de mercado que la unión americana le ha arrebatado con la revolución del fracking (ya que con ésta tecnología produce más que Arabia Saudita), es por ello que la OPEP al dejar que el precio baje, los productores con mayores costos de producción sufrirán y tendrán que retirarse del mercado; (2) con precios a la baja desestabiliza la economía de Rusia, que necesita un valor de US$ 100 el barril para mantener sus enormes presupuestos de modernización militar; (3) los combustibles renovables que venían creciendo en aceptación vuelven a quedar relativamente más caros que el petróleo; y, (4) con precios de la gasolina en EEUU a US$ 3, 7 el galón ya no resulta económicamente rentable sustituir una flota de vehículos por gas natural o electricidad.