La semana pasada se realizó la Fintech Conference Latam 2017 en el Hotel Los Delfines en San Isidro organizado por Alta Ventures con el respaldo de Google y Mastercard. El evento se realizó con mucho éxito y gran asistencia de los bancos, empresas de tecnología financiera conocidas como fintech, fondos de inversión y entidades reguladoras.
El tema principal de la conferencia fue el futuro de los pagos digitales y contó con la participación de las principales fintech en este sector en el mercado regional, así como la participación de entidades reguladoras como la Superintendencia de Banca Seguros y AFP, así como también el Banco Central de Reserva del Perú. En este artículo quiero comentar el interés mostrado por la regulación del mercado fintech, que es un tema que me dio la impresión que está en una etapa muy inicial en el Perú. Quiero hacer una especial mención sobre los puntos de vista de cada una de estas entidades.
La SBS estuvo representada por su Superintendente Adjunto de Riesgos Sr. Alejandro Medina, quien hizo comentarios muy acertados sobre la dificultad que encuentra la SBS en entender bien el ecosistema de las empresas fintech en el Perú. Su exposición principal se centró en la dificultad de definir claramente las características de una empresa Fintech, mencionando que si una fintech es una empresa que ofrece soluciones digitales a través de internet, entonces bajo esa calificación tambien podrían entra los mismos bancos. Es decir que la primera labor más importante del ente regulador, será definir claramente cómo se identifica a una empresa fintech para luego poder definir las regulaciones respectivas. Además de ese problema, que a simple vista parece muy sencillo, pero en realidad implica una serie de retos importantes para definir reglas claras en el ecosistema, luego viene la dificultad de clasificar los diferentes tipos de empresas que existen, dependiendo del servicio que ofrecen. A nivel internacional se definen los principales empresas del ecosistema fintech como crowdlending, crowdfunding, payments & remittance, así como empresas insuretech y empresas del mercado cambiario. Inclusive entre los diferentes países no existe una definición clara de los diferentes grupos de empresas fintech existentes a nivel mundial.
Este no es un tema menor, debido a que la regulación tiene que ser diferenciada por cada uno de estos tipos diferentes de empresas fintech, ya que cada una de ellas tiene un modelo de negocios diferentes con implicancias particulares. Inclusive a las mismas empresas que pertenecen al ecosistema de fintech peruanas, no les gusta que las pongan a todas juntas en el mismo saco, ya que en realidad existen sub grupos con diferencias marcadas entre ellas.
Muy importante el comentario del Sr. Alejandro Medina que menciono la posibilidad de implementar un sandbox de regulación, que sería muy acertado para poder hacer pruebas de regulación en el sistema, tal como sugerí en mi artículo anterior sobre regulación del mercado fintech en Perú.
En el caso del BCRP fue representada por su Gerente Central de Operaciones la Sra. Marylin Choy, quien comento que están muy pendiente del ecosistema de fintech especialmente en los temas de pagos y transferencias de dinero, así como la presencia de las criptomonedas. La señora Choy mencionó que debería esperarse un tiempo más para ver si las monedas virtuales van a permanecer en el mercado peruano, para definir su regulación oportunamente, por lo que no veo en un futuro cercano que el Banco Central Peruano se anime a pensar en criptomonedas. También menciono en general que la regulación debe evitar las acciones de posibles fraudes, así como las operaciones de lavado de dinero.
Si bien es cierto que se discutieron diferentes puntos de vista sobre la regulación del mercado de las fintech, quedo en el aire la sensación que va tomar un tiempo que los reguladores lleguen a definir claramente los componentes del ecosistema y empiecen a emitir las regulaciones especificas por cada sector del ecosistema fintech. Sin duda que las más favorecidas son las fintech que al no tener una regulación definida hasta hoy, tienen camino libre para seguir creciendo rápidamente aprovechando que tienen el camino libre, con la desventaja que los bancos van a usar todas su artillería para frenar su crecimiento. Veamos que pasa más adelante con la regulación.
Es importante mencionar que la Asociación Fintech del Perú se encuentra promoviendo una regulación moderna y acorde a los nuevos tiempos, que permita a las iniciativas fintech en el país actuar en el marco de la legalidad y protegiendo los intereses de los usuarios. Ellos están promoviendo un proyecto de ley mediante el cual se propone regular el régimen jurídico de las plataformas de financiamiento participativo (PFP) el cual busca incentivar el crowdfunding en el Perú. Pueden leer el proyecto de ley en el siguiente link.
Las empresas fintech son más difíciles de supervisar y restringir que las instituciones financieras típicas, por lo que quiero concluir este artículo resaltando las complejidades que tiene el mercado fintech en Perú para ser regulados:
- AGILIDAD: El mercado de las fintech está en un crecimiento explosivo en el Perú y están cambiando constantemente. Por lo que una regulación el día de hoy, probablemente este desactualizada en solo meses, obligando a que la regulación deba ser actualizada más frecuentemente.
- VULNERABILIDAD: Debido al tamaño y modelo de negocios de las fintech, estas son más vulnerables a las fluctuaciones económicas del país que las grandes instituciones financieras, que seguramente se propaguen a otras empresas del mercado.
- FALTA DE INFORMACIÓN: El crecimiento del mercado de fintech es tan rápido que la información disponible de cada uno de los actores por sector cambia constantemente. Inclusive una empresa que nace con un modelo de negocios, en 6 meses o medio año puede pivotear a un modelo de negocios diferente, desactualizado la información que se tenía del mercado. Los reguladores carecen de información fiable sobre la estructura y las operaciones de los mercados fintech.
Todos estos problemas sugieren que las fintech presentan un conjunto de preocupaciones regulatorias que son diferentes y, en muchos casos, más severas que las preocupaciones presentadas por instituciones financieras más convencionales. Esto significa un gran reto para las entidades reguladoras del mercado financiero peruano.