Es casi un hecho que hoy la FED elevará su tasa en 25 puntos básicos, llevando la tasa promedio de 0,875% a 1,125%. Y damos por seguro el incremento porque al ente emisor norteamericano sólo le preocupaba que el bajo crecimiento económico del 1T17 se convirtiera en una constante a lo largo del año, pero dado que los últimos indicadores relacionados con el mercado laboral confirman que la ralentización es temporal (los subsidios por desempleo están en su nivel más bajo de los últimos 30 años), no existe obstáculo para continuar con el objetivo de hacer menos laxa la política monetaria; además, no se observan presiones inflacionarias y ya se disiparon los temores sobre el impacto que tendría sobre la inflación la implementación de una política fiscal expansiva por el retraso de la misma.
A propósito de este evento, en el plano local hemos notado que en las últimas semanas el mercado se ha alineado a la tendencia mundial por adquirir mayores activos refugio de valor ante la creciente incertidumbre geopolítica global, y ello se ha evidenciado en un tipo de cambio que lentamente viene desfavoreciendo al Sol. Por ello, consideramos que es altamente probable que la esperada nueva alza de la tasa FED presione a que la desvalorización del Sol se acentúe más de lo que se tenía previsto hace 30 días, y esto es lo que principalmente ponderó el BCRP en su decisión de mantener la tasa de referencia en 4% en su reunión de junio, puesto que los efectos hoja de balance negativos por un dólar más caro, podrían terminar aniquilando el relativo impulso a la reactivación económica nacional otorgado con el recorte de tasas aplicado en mayo.
El presente del BCRP es complicado, se encuentra en una disyuntiva y debe tomar una decisión de cara a su próxima reunión del 13 de julio: o baja la tasa de referencia hasta acomodarla a un nivel adecuado para potenciar proyectos de inversión privados, o la mantiene en 4% para no generar mayor volatilidad cambiaria por el ensanchamiento de la diferencia de rendimientos entre instrumentos financieros estadounidenses y peruanos. Consideramos que, dado que a nivel mundial los índices de volatilidad siguen en mínimos históricos, el ente emisor debería valorar más la posibilidad de apoyar el crecimiento económico con nuevos recortes de tasas y dejar de pensar en los movimientos del mercado cambiario. MAXIMIXE espera que en el programa monetario del próximo mes se anuncie una baja de 25 puntos básicos en la tasa referencial.