El Secretario de Estado, Antony Blinken, visitará China próximamente, donde hablará con sus anfitriones chinos sobre los muchos problemas entre Estados Unidos y China. En particular las conversaciones suceden en un año particular para ambos países y también para el mundo entero, en un contexto de bajo crecimiento económico.
En este artículo se considerarán los temas más importantes entre China y Estados Unidos que se discutirían en la vista de Blinken, y también las implicaciones para el futuro de su relación y para el mundo entero.
Primero, la visita seguirá a la reunión presencial que el Xi Jinping y Joe Biden sostuvieron en Indonesia durante la cumbre del G20 en noviembre pasado. Fue su primera reunión como líderes de sus países. En esta reunión se anunció que el secretario de Estado Blinken visitará China durante los primeros meses de 2023.
La visita sucederá en un momento en que la economía mundial se encuentra en una situación difícil. Según el FMI y el Banco Mundial, existe la probabilidad de que en este año 2023, de los tres motores de la economía mundial, dos experimenten un crecimiento nulo o negativo. En Europa, el crecimiento económico podría ser negativo porque, entre otras cosas, la guerra en Ucrania aumentó el precio de la energía y los alimentos, y la inflación está ejerciendo presión sobre la economía. Además, en Estados Unidos la lucha contra la inflación ha aumentado las tasas de interés y esto también está frenando el crecimiento económico con algunas proyecciones que apuntan a un crecimiento cero en su economía. El único motor que podría mover la economía mundial es China, pero este país también enfrenta algunos desafíos, entre ellos, la normalización tras el desmantelamiento de su política cero covid-19.
En segundo lugar, de los varios problemas entre ambos países, uno de los más difíciles de resolver es la guerra comercial que comenzó durante la presidencia de Trump en 2018, cuando EE. UU. impuso varias rondas de aranceles a productos chinos. China correspondió en especie, y el aumento de los aranceles en ambos lados todavía está allí. En enero de 2020 se llegó a un acuerdo entre ambas partes para tratar de atender algunas de las quejas de Estados Unidos frente al gran déficit comercial que tiene con China, pero luego se produjo la pandemia del COVID-19, y ese acuerdo y su cumplimiento quedó en suspenso. No hay expectativas de que durante la visita de Blinken a Beijing se pueda llegar a un acuerdo en este tema. Una de las razones de esto es que con la campaña para la elección presidencial en los Estados Unidos muy pronto, no hay ánimo para un compromiso en la Casa Blanca porque si lo hace, el Partido Republicano la acusará de mostrar debilidad contra China. Además de esto, en la clase política de los Estados Unidos, donde hay muchas diferencias entre republicanos y demócratas, el estado de ánimo contra China es bastante fuerte y ambos partidos están de acuerdo en eso.
En tercer lugar, la guerra comercial que inició Estados Unidos contra China se ha transformado en una guerra tecnológica. El hecho es que, como ha dicho Estados Unidos, hay una competencia en curso entre China y Estados Unidos. Para Estados Unidos, China es el único país que puede desafiar su supremacía económica, tecnológica y militar, y ha indicado que no permitirá que eso suceda.
En octubre del año pasado Estados Unidos tomó más medidas para evitar que China acceda a alta tecnología en semiconductores. El objetivo es excluir a China de las cadenas de suministro mundiales que producen semiconductores. Para esto, Estados Unidos también está consiguiendo el apoyo de Corea del Sur, Japón, los Países Bajos, y Taiwán. Y en este sentido la guerra/competencia tecnológica continuará.
En cuarto lugar, en cuanto al tema de Taiwán, donde la visita de altos funcionarios del gobierno de Estados Unidos provocó la fuerte respuesta de China y encendió las alarmas sobre incluso un posible enfrentamiento militar entre ambas superpotencias, se reafirmarán las posturas de ambos países. China considera a Taiwán como uno de sus intereses centrales y está en contra de lo que considera intervención extranjera en sus asuntos internos, pero Estados Unidos reafirmará de que sigue con su “política de una sola China”.
Quinto, otro problema es lo que Estados Unidos ve como la creciente presencia de China en el Mar de China Meridional y la posibilidad de encuentros peligrosos de su armada y aviones de combate en esa área. Mientras Estados Unidos ejecuta lo que llama “operación de libertad de navegación” en islas o atolones que China considera su territorio, puede ocurrir la posibilidad de un choque militar no deseado. Ambos países seguramente establecerán mecanismos para tratar de evitar eso, pero la situación podría mantenerse/se mantendrá tensa.
Sexto, otro tema que Estados Unidos planteará a China es el tema de la guerra en Ucrania. China y Rusia tienen lo que llamaron en febrero pasado “asociación sin límites”, y seguramente Rusia esperaba el apoyo de China en su invasión de Ucrania. China no ha hecho eso y seguramente no lo hará. A China no le debería interesar dar apoyo, ni militar ni económico, a Rusia, entre otras razones, porque China sufrirá sanciones económicas.
Estados Unidos buscará más garantías por parte de China en esa posición, pero también le pedirá a China que ejerza su influencia en Rusia para encontrar una pronta solución a la guerra en Ucrania. Al menos China y Estados Unidos acordaron en la cumbre del G20 que el uso o la amenaza del uso de armas nucleares en Ucrania (como mencionó Putin) es inaceptable.
Séptimo, el tema de Corea del Norte y su creciente sofisticación en el lanzamiento de sus misiles balísticos también preocupa a Estados Unidos. Probablemente China es el único país que puede ejercer cierta influencia en Corea del Norte, ya que es el único país con el que puede comerciar, y la mayoría de los bienes importados disponibles en Corea del Norte pasan por China.
Estados Unidos presionará a China para que ejerza su influencia sobre Corea del Norte. Estados Unidos presentará el caso como algo en interés de China, ya que la creciente sofisticación de la amenaza de Corea del Norte está obligando a países como Corea del Sur y Japón a aumentar sus presupuestos militares y modernizar sus fuerzas armadas. Está ocurriendo una creciente carrera militar en el este de Asia, y se introducirán armas más sofisticadas, y la actitud de Corea del Norte es una de las razones. También Estados Unidos está aumentando su presencia militar allí por ese motivo. Y seguramente nada de esto está en el interés de China.
Otro tema relacionado con eso es que se ve una creciente cooperación militar entre China y Rusia en el este de Asia. Seguramente este tema también será planteado por Estados Unidos durante la visita de Blinken.
Octavo, otros temas en los que tanto Estados Unidos como China podrían colaborar o deberían colaborar como lo ve el resto del mundo, es en temas como el cambio climático global, finanzas, la salud, y el alivio de la deuda. Estos son temas globales y, en particular, los países en desarrollo en particular esperan que las dos economías más grandes del mundo puedan ponerse de acuerdo sobre algunos de esos temas. Sin Estados Unidos y China trabajando juntos, no se podrían encontrar soluciones significativas para esos problemas.
De todos modos, tal vez haya espacio para ser optimistas de que, incluso si Estados Unidos y China tienen, como hemos visto, varias diferencias, se llegará a algún acuerdo durante la visita de Blinken. Hay dos o tres razones para esto. Primero, este año es complicado para Estados Unidos por la campaña presidencial que estará en curso. A Biden le gustaría tener algunos acuerdos con China que le permitan mostrar algunos resultados (incluso si la guerra comercial y la competencia/guerra tecnológica continuarán). También para China, 2023 es un año complicado y buscará que su economía avance y se recupere, especialmente de su bajo crecimiento del 2022. Probablemente ambos países no tengan interés en incrementar su rivalidad, al menos no en el corto tiempo, no este. año (por las razones expuestas).
En segundo lugar, algo que quizás podría facilitar las negociaciones entre Estados Unidos y China es que el ministro de Relaciones Exteriores de China ahora es Qin Gang, quien hasta hace poco era Embajador de China en Estados Unidos. Además de eso, es conocido como un asesor de confianza del presidente Xi Jinping. Entonces, probablemente desarrolló algunos contactos en Estados Unidos y también tiene el oído de Xi.
En tercer lugar, se dice que debido a que 2023 es el año en que se celebrará la reunión cumbre de APEC en Estados Unidos, a ambas superpotencias les gustaría tener una buena relación de trabajo. Probablemente en ese momento se lleve a cabo otra cumbre bilateral entre Xi y Biden.
En conclusión, la visita de Blinken a China podría ver algunos avances en las relaciones entre China y Estados Unidos. Las diferencias están ahí y no se irán, la competencia seguirá, pero buscarán estabilizar la relación, y gestionar la competencia.
Por último, está la cuestión de la creciente deuda pública de los Estados Unidos. A octubre de 2022, la deuda nacional de Estados Unidos es de 31 billones de dólares, que representan alrededor del 124% de su PIB. La deuda nacional de los Estados Unidos es la más grande del mundo, pero considerando el tamaño de su PIB no es tan grande como Japón, en el que la deuda es de alrededor del 250 % de su PIB, o Grecia con alrededor del 205 %, o incluso Italia que vale el 159 % de su PIB.
La mayor parte de la deuda nacional de los Estados Unidos pertenece a sus nacionales, por lo que su deuda con los extranjeros es de alrededor del 22% del total. Japón es el mayor tenedor de la deuda pública de los Estados Unidos con alrededor de 1,2 billones de dólares, el segundo es China con un poco menos de 1 billón de dólares.
La deuda cada vez más grande de los Estados Unidos es un problema, pero el país está en una posición diferente a muchos otros países endeudados. Para otros países que intentan financiar la deuda pública, el solo hecho de imprimir dinero es un gran problema porque generará inflación. En el caso de Estados Unidos, como el dólar es una moneda global y es demandado por países, empresas e individuos en todo el mundo, siempre habrá demanda por su moneda. Además, algunos gobiernos extranjeros estarán dispuestos a comprar deuda de Estados Unidos, por ejemplo, Japón y China, porque esto mantiene alto el valor del dólar, en relación con sus propias monedas, lo que permite vender sus productos en forma competitiva.
Si el dólar continúa como (la única) moneda global, la demanda de deuda denominada en dólares de los Estados Unidos no perderá atractivo. En este sentido, la deuda del gobierno de los Estados Unidos no es tan problemática como la de otros países. Además de esto, a medida que la economía de los Estados Unidos siga creciendo, se espera que el gobierno tenga capacidad para pagar la deuda (y contraer más deuda). China seguirá manteniendo los bonos del Tesoro de los Estados Unidos (se estima que un tercio de las reservas extranjeras de China se mantienen de esa manera), pero está tratando de encontrar formas de diversificar sus reservas.