La economía europea vuelve a enfrentarse por segunda ocasión desde el comienzo de la crisis financiera del 2007 con la posibilidad de la deflación (contracción del nivel general de los precios de la economía), al contemplar desde comienzos del 2014 un progresivo y constante acercamiento hacia entornos de precios negativos. Con un objetivo de inflación por parte del Banco Central Europeo (BCE) situado en el entorno del 2%, la evolución de los precios europeos correspondiente a los dos primeros trimestres del ejercicio 2014 evidencia unos incrementos inferiores al 1% (0, 9% y 0, 7%, respectivamente), lo que unido al débil crecimiento económico mostrado recientemente por la economía de la Zona Euro impide contemplar un punto de inflexión próximo que pueda reimpulsar nuevamente los precios al alza.
En el periodo 2003-2008 la inflación de la Zona Euro se ajustó al objetivo establecido por el BCE del 2%, si bien a raíz de la crisis financiera internacional se produjo un descenso sostenido en los precios hacia el entorno del 0, 5% (primer trimestre de 2010). El deflactor del PIB de la economía europea no llegó a alcanzar valores negativos. La ruptura en el 2013 de un crecimiento controlado de los precios, cuando ni tan siquiera habían rozado el nivel objetivo del 2%, muestra con gran nitidez la estrategia seguida por la máxima autoridad monetaria de Europa, esto es, jugar con el peligro de la deflación y apostar por un estancamiento económico próximo a los límites de la recesión. Dicha situación preocupa al Perú, pues Europa es el receptor de una buena porción de las exportaciones mineras y pesqueras del país, además que el bloque del euro es el principal donante de ayuda a los programas de desarrollo.