México, entender el sector de la alimentación

El 18 de agosto pasado se realizó en Ciudad de México el 5to Foro ‘Agricultura en tiempos de pandemia, motor de desarrollo económico’, organizado por ‘El Financiero Bloomberg’, destacado grupo especializado en información de negocios, líder en América Latina. En el primer panel del evento participaron la senadora Beatriz Paredes (integrante de la Comisión de Agricultura del Senado mexicano), el señor José Luis Bustamante, presidente de la Asociación Nacional de Exportadores de Berries y el economista Mariano Ruiz-Funes de la empresa GEA. Facilitó el evento Jonathan Ruiz del periódico ‘El Financiero’, del grupo antes mencionado.

El periodista Jonathan Ruiz abrió el panel resaltando los éxitos de México en exportaciones agropecuarias. Sobre el rol de la tecnología en la modernización del agro mexicano y la intensificación del uso de conocimiento, Ruiz mencionó que en algunas fincas del estado de California ocho tractores controlados por una persona realizan diversas labores por lo que los países más avanzados siguen invirtiendo e innovando las prácticas agrarias para afrontar los retos de productividad, oportunidad y calidad, en medio de cambios de patrones de consumo y alza de costos. 

La destacada senadora Beatriz Paredes subrayó su preocupación por la desaparición del programa de aseguramiento agrario y de las esperadas obras de irrigación en el sur y sureste. Acentuó que México es un país de inundaciones y sequías y urge una política para enfrentar las variaciones climáticas sin olvidar el debilitamiento del presupuesto para investigación dura y transferencia de tecnología. La agricultura protegida está muy presente con formidables avances en invernaderos, en especial en estados con heladas como Tlaxcala, con cosechas que permiten insertarse en la exportación.

Según la senadora Paredes los productores están detrás de los éxitos de la exportación agroindustrial de su país puntualizando que hay que ser conscientes de sus agriculturas, desde las más artesanales hasta las que van a la punta de la innovación tecnológica. Afirmó que es perentorio generar vínculos entre universidades, empresas y el sector social de la economía agraria para trasladar experiencias a productores con menores posibilidades. Fomentar el acercamiento de las facultades de agronomía y zootecnia con entidades internacionales para compartir avances en ciencia e investigación. Sugiere no solo depender del sector público en la transformación tecnológica agraria. Espera que la acción del estado con los ejidatarios, comuneros y minifundistas no genere dependencia sino alianzas y asociaciones.

El empresario José Luis Bustamante, presidente del gremio exportador ‘Aneberries’, subrayó los cambios radicales en el consumo de alimentos que trajo la pandemia. Pasar a tener a los supermercados como grandes compradores en vez de hoteles y restaurantes (como antes de la pandemia). Siendo los berries un negocio que gana importancia nacional, cultivarlos en invernaderos es fundamental para su dinamismo; sin olvidar que inocuidad, sustentabilidad y responsabilidad social son claves para insertarse en los mercados del exterior. A la pregunta de sus tres más importantes deseos, a) cuidar a sus proveedores de la pequeña agricultura; b) fortalecer al servicio de sanidad agraria (Senasica) para evitar lleguen plagas de otros países y seguir como ejemplo de buena fitosanidad exportadora, y; c) incluir las diferentes agriculturas de México e incorporar a los productores, por ejemplo, del sur, hacia la exportación. Espera políticas públicas que den certidumbre y tomen los temas que corresponden al gobierno. Deseable contar con tecnologías propias en México.

Para Mariano Ruiz-Funes, la pandemia transformó la demanda del mercado, más consumo de frutas y hortalizas, sustitución de las fuentes de proteína y subieron los gastos en servicios y entretenimiento no alimenticios. Propone no hablar de dependencia sino de ventajas competitivas y aprovecharlas. Le preocupa la desaparición de programas de reducción de riesgos del sector. Enfatiza que la carne es ya el cuarto o quinto rubro de exportación de México mientras que el aumento de costos en 30-35% de los comodities alimentarios durante 2020 afecta a los productores pecuarios pues más del 60% de sus costos son granos y oleaginosas. Trabajan para responder con mayor productividad en otros componentes de costos, por ejemplo, invierten en paneles solares y biodigestores para mejorar su competitividad. Los costos financieros se han mantenido estables (para los grandes productores) y eso les ha permitido invertir en bajar costos (no así para los pequeños agricultores). Al mismo tiempo, se elevan los costos de transporte y cae la oferta de contenedores para carga encareciendo ese servicio vital para el sistema agroalimentario.

Como ideas de cierre, se propuso la búsqueda de sustentabilidad mediante mayor eficiencia en el manejo del agua, el cuidado de bosques y selvas, un mejor gobierno corporativo y temas laborales a erradicar como trabajo forzoso e infantil. Asimismo, muchas empresas en el caso agropecuario y agroindustrial, son empresas familiares, algunas se han institucionalizado, pero otras no lo cual constituye una prioridad para afianzar su crecimiento.

La oportunidad es muy clara en el contexto de la pandemia. El sector agro es un motor predominante de la economía mexicana. Se aprovecharon oportunidades que se venían gestando hace muchos años, los acuerdos de comercio, los productores abatiendo costos y aprovechando mejor las cadenas logísticas.

El reto es incorporar a los pequeños agricultores para que sean igualmente competitivos que los mayores exportadores, por ejemplo, al producir una tonelada de fresa. Y eso será con tecnología, gestión empresarial y mayores apoyos para reducir riesgos de mercado. Finalmente, Enrique Quintana, director editorial de El Financiero, relievó que se viven malos tiempos para algunos negocios, pero existen nuevas oportunidades para otros como el sector agroalimentario.