Según el Economic Outlook de junio de la OCDE, la economía mundial ha comenzado a mejorar, aunque se espera que la recuperación sea débil. El pronóstico de crecimiento del PBI para 2023 ha sido revisado ligeramente al alza, alcanzando un 2,7% en comparación con el 2,6% pronosticado en marzo. Sin embargo, la perspectiva para 2024 se mantiene sin cambios en un 2,9%. A pesar de esta mejora, persisten riesgos a la baja, incluyendo la incertidumbre en torno a la evolución de la guerra en Ucrania y la persistencia de la inflación. Además, algunas de las condiciones favorables que contribuyeron a la reducción de la demanda de energía este año, como un invierno templado en Europa, podrían no repetirse el próximo año.
En el caso de EEUU, se proyecta un crecimiento del PBI del 1,6% en 2023, seguido de una disminución al 1% en 2024 debido a las condiciones monetarias y financieras restrictivas. En la zona del euro, se espera que la disminución de la inflación general contribuya a un aumento en los ingresos reales y impulse un repunte en el crecimiento del PBI, que se proyecta en un 0,9% en 2023 y un 1,5% en 2024.
A pesar de la mejoría en las perspectivas económicas, la OCDE advierte sobre los riesgos que podrían afectar la recuperación. La incertidumbre en torno a la guerra en Ucrania continúa siendo una preocupación, ya que su evolución podría tener un impacto significativo en los mercados globales. Además, la persistencia de la inflación plantea desafíos para la estabilidad económica. Por otro lado, existen factores que podrían afectar negativamente el consumo de energía y el crecimiento económico, como la posibilidad de condiciones climáticas menos favorables en el futuro.