Hoy hay menos peces que antes. El hecho es que la pesca de otras especies que no sean anchoveta ha disminuido a niveles notorios, sin que medie explicación convincente. Ya no hay meros, corvinas, congrios, cabrillas, etc. como antes. Por eso el pescado es cada vez más caro. Hay que aplicar un enfoque ecosistémico del cual se habla mucho y se hace poco.
Los pescadores artesanales, que antes capturaban estas y otras especias a poca distancia de sus poblaciones hoy se han visto obligados por la necesidad, a convertirse en pescadores de altura sin tener la preparación ni el equipamiento apropiado. Se aventuran a veces hasta las 200 millas y más, en busca de especies sustitutas a su pesquería tradicional, como el perico.
El abastecimiento de pescado y mariscos tiene como destino principal el mercado limeño, y el de las ciudades costeras, marginando precisamente a la población más necesitada de proteínas que se encuentra en el resto del país. Existen dificultades para llegar al interior del país que necesitan ser resueltas. Si el pescado escasea y es caro ¿cómo se puede incentivar a la población de menores recursos que coma más pescado?
La pesquería debe ser una actividad que genere empleo digno, que genere utilidades razonables a las empresas; que provea de alimentación, prioritariamente a la Nación y secundariamente al resto del mundo; que contribuya equitativamente con el Estado respetando al medio ambiente y garantizando la sostenibilidad de los ecosistemas marítimos, lacustres y fluviales del país.
Para ello la pesquería debe tener una base legal y un sistema de gestión, regulación y administración adecuados, que aseguren la existencia de recursos hidrobiológicos para las generaciones venideras del país en un marco de respeto con el ambiente, justicia con el país y responsabilidad en la conservación del ecosistema.
Para alcanzar estos objetivos se requiere un nuevo modelo educativo para el sector. La capacitación que brinda el Estado debe ir más allá del mero entrenamiento técnico para los pescadores y tripulaciones. Debe ampliar su radio de acción a todos los trabajadores de la industria pesquera en tierra, a todas las comunidades de pescadores marítimos y continentales y a las poblaciones costeras y aledañas a ríos y lagos, educando en temas de protección al ambiente y a las poblaciones ícticas. Debe crear conciencia sobre la necesidad y responsabilidad compartida de proteger los ecosistemas y el futuro de los peces como elemento clave para garantizar la seguridad y la soberanía alimentaria.
La pesca en el Perú requiere de cambios estructurales pero también coherencia en la gestión pública del sector, el cual debe estar en manos de personas honestas, eficaces y experimentadas.
Si desde el Estado hay indiferencia y escasa voluntad por introducir cambios, estos deben ser creados mediante la incidencia política de ciudadanos responsables que busquen pesquerías sostenibles para el futuro.
En el mes de enero la juventud ha demostrado que la ciudadanía activa puede generar el cambio. Conseguir la derogación de la ley del trabajo juvenil demuestra el poder de ciudadanos activos. Se ha demostrado el poder de la calle, que puede traer acciones inéditas en el corto plazo si se aprovecha positivamente esa fuerza que ha despertado de un largo letargo.
La población vive desinformada y/o mal informada sobre la situación de la pesca y la problemática pesquera. Esto facilita que se creen corrientes de opinión o verdades a medias que son propaladas para favorecer determinados intereses en el sector. El propósito de informaciones tendenciosas, incompletas o sesgadas puede ser la creación de incidencias políticas que fuercen al Gobierno a tomar decisiones en ciertos sentidos específicos. Leamos, formemos nuestra propia opinión y participemos. Tenemos que analizar a que intereses sirve la información que se divulga.
La revista Pesca es un medio de información alternativo referido a temas del mar y de la pesquería. Difunde información, ideas y corrientes de opinión que tienen por objeto crear conciencia de la necesidad de hacer sostenible la extracción de los recursos marinos, de seguridad alimentaria y del cuidado del medio ambiente. Pero sobre todo, contribuir con información para que el lector empiece a formarse una opinión propia sobre la problemática pesquera.
Los invito cordialmente a leer la edición de la Revista Pesca correspondiente a MARZO 2015.