El INEI divulgó la semana pasada su Boletín de Avance Coyuntural con cifras preliminares del crecimiento del PBI para el mes de diciembre. Destaca el crecimiento del sector pesca (225%) y el de manufactura primaria (reflejo del crecimiento del sector pesca). Sin embargo, se confirma la caída del sector minero (-1.2%) y la desaceleración de la construcción y la agricultura. Con base a estos datos preliminares es muy probable que el PBI del año 2018 cierre con un crecimiento del 3.8%-3.9%.
El resultado del 2018 si bien satisfactorio cuando comparado con los resultados de otros países de la región, no lo es cuando comparado con el objetivo de crecer 5% prometido en el plan de campaña de PpK. Además, el crecimiento de 3.8%, que está por encima del crecimiento del PBI potencial (3.4%), se debe a circunstancias coyunturales, como son la campaña de pesca adicional, que ha repercutido favorablemente en el sector manufactura primaria, y la inmigración de más de 500,000 venezolanos en el 2018.
En este contexto, las proyecciones para el 2019 no son alentadoras. Todo apunta a una desaceleración del crecimiento registrado en el 2018. Utilizando la metodología del PBI potencial y el ciclo económico alrededor del PBI potencial, el modelo PREDICE arroja un crecimiento de 3.6% para el año 2019 (ver Gráfico 1). La trayectoria del crecimiento anualizado del PBI a lo largo del 2019, indica que este deberá desacelerarse durante el primer semestre del año para repuntar tímidamente en el segundo como consecuencia de los juegos Panamericanos y las obras de reconstrucción.
En el corto plazo, la caída del precio del cobre, la reducción del flujo de migrantes venezolanos y la caída de la inversion privada, incidirán en la desaceleración del crecimiento del PBI. Las exportaciones desde el segundo semestre de 2018 han iniciado un ciclo descendente (especialmente las tradicionales) similar al experimentado en el año 2012 (ver Gráfico 2). A diferencia de lo sucedido en el 2012, las importaciones se han ajustado rápidamente impidiendo la aparición de déficits en la balanza comercial. Esto se ha debido en gran medida a la caída del precio del petróleo y la caída de las importaciones de bienes de capital.
La caída de las exportaciones debe continuar durante el 2019 no sólo por la caída del precio del cobre, pero también por la desaceleración de la economía china y del comercio internacional en general. Todo indica que se inicia un nuevo ciclo descendente en el comercio internacional que se podría agravar si no se logra superar la guerra comercial entre EUA y China. Los ciclos económicos del PBI peruano guardan una alta correlación con los ciclos del comercio internacional. Por lo tanto, se espera que el ciclo descendente del comercio mundial se traduzca en una desaceleración del crecimiento del PBI de nuestro país.
La reversión del crecimiento de las importaciones de bienes de capital es otro indicador que apunta a la desaceleración del crecimiento del PBI durante el 2019. En el Gráfico 3 se observa que las importaciones de bienes de capital después de registrar significativas caídas durante el periodo 2013 – 2016, empezaron a recuperarse durante el 2017 e inicios del 2018. Sin embargo, a partir del segundo trimestre del 2018 iniciaron un nuevo ciclo descendente que se ha acentuado a lo largo del año.
Las importaciones de bienes de capital están asociadas con la inversión en maquinaria y equipo. Una caída de las importaciones de bienes de capital se asocia a una caída de la inversión en el sector manufactura que es el motor del crecimiento del PBI y de la generación de empleo. Por lo tanto, no se espera una recuperación significativa del sector manufacturero. El repunte del sector manufacturero en el 2018 se ha dado casi exclusivamente gracias al crecimiento de la manufactura básica (producción de harina de pescado) que se ha visto beneficiada por la campaña adicional de pesca. Subsectores como el textil y el de calzado han registrado significativas retracciones con la consecuente pérdida de trabajo formal.
La anunciada recuperación de la inversión privada no se ha concretado en los niveles esperados por el gobierno. Como consecuencia no se observa una aceleración del crecimiento del PBI potencial. Nuestros estimados del modelo PREDICE apuntan a que el crecimiento del PBI potencial cierre el 2019 con un crecimiento de apenas 3.4%. Por lo tanto, como lo fue en el año 2018, el crecimiento de la economía vendría por el crecimiento de la demanda, especialmente el consumo privado.
En el 2018, el crecimiento del consumo personal, principal componente de la demanda total, estuvo alimentado por el consumo adicional de los 500,000 migrantes venezolanos. Este factor no se repetiría este año. Sin embargo, los juegos Panamericanos con el flujo adicional de turistas y actividades vinculadas pueden contribuir a expandir la demanda en el segundo semestre del 2019.
La desaceleración esperada del crecimiento del PBI real en 2019 es un claro indicativo de la ausencia de reformas estructurales por parte del gobierno. La inoperatividad del gobierno en este campo está minando el potencial de crecimiento sustentado en el mediano plazo. Las promesas de crecimiento de 5% anual han quedado en el olvido. Tasas de crecimiento inferiores a 4% no son suficientes para solucionar los problemas de empleo y reducción de los niveles de pobreza.