Si tuviéramos un termómetro que solo marca de 0 °C a 37 °C y nuestro objetivo fuera determinar cuántas personas tienen fiebre de 38 °C, no importa cuantas mediciones de temperatura hagamos en todo el país, nunca vamos a encontrar una persona con fiebre. Podemos inferir que los que tienen 37 °C pueden tener fiebre, pero nunca podremos tener certeza de ello. Algo similar esta pasando con las pruebas del COVID-19.
Sin la aplicación simultánea de la prueba molecular y serológica a un paciente, no se puede conocer a ciencia cierta su estado. Puede que tenga el virus y no tenga aun anticuerpos, puede que no tenga virus ni anticuerpos, puede que no tenga virus, pero si anticuerpos. Todos estos resultados solo se pueden saber con la aplicación simultanea de ambas pruebas de otro modo no se puede saber el verdadero estado de un paciente.
Las estadísticas oficiales no nos lo dicen porque no solo no se toman suficientes pruebas moleculares, sino que éstas no se hacen simultáneamente con las serológicas y en el caso de las serológicas no se dice si los resultados positivos corresponden al anticuerpo ImG o al IgG. Saber con precisión estos datos es fundamental para tener un diagnóstico de la situación de la pandemia en el país y así poder planificar correctamente la salida de la cuarentena.
Para lograr este objetivo se requiere, (i) que el gobierno adquiera en cantidades suficientes pruebas moleculares y serológicas; y (ii) que monte una infraestructura a nivel nacional de equipos que tomen pruebas, las procesen y administren los resultados con un adecuado software y un equipo de rastreadores de los casos positivos. El gobierno ha desaprovechado el tiempo valioso de la cuarentena y aun no contamos con dicha infraestructura. Sin estos dos requisitos poco podemos hacer para planificar adecuadamente una salida de la cuarentena sin caer en rebrotes de la pandemia que pueden tener funestas consecuencias.
¿Las cifras oficiales de número de pruebas y nuevos casos confirmados nos dan un diagnóstico apropiado? De la forma que se realizan en la actualidad definitivamente no. Hasta la cifra de fallecidos, que debería ser la más exacta, se encuentra cuestionada. Además, sumar las pruebas moleculares con las serológicas es como sumar papas con camotes. Unas miden la presencia del virus, las serológicas miden la presencia de anticuerpos.
Sin embargo, el gran número de pruebas, especialmente las serológicas, puede utilizarse para estimar el verdadero número de infectados en el país. Las pruebas que antes se concentraban en Lima ahora se han extendido por todo el territorio y podemos decir, con las limitaciones estadísticas del caso, que corresponden a una muestra representativa del nivel de infectados en todo el país. Si dividimos el número de casos de infectados por el total de pruebas efectuadas, obtenemos con cierta aproximación el porcentaje de infectados respecto a la población total del país (este porcentaje podría estar sobrestimado debido a que las pruebas no se hacen de manera aleatoria). Cuanto mayor número de pruebas hagamos mejor aproximación tendremos del porcentaje de infectados.
En el Gráfico 1, presentamos la evolución del porcentaje de pruebas acumuladas (moleculares más serológicas) que dan positivo, a partir del día que se iniciaron las pruebas serológicas (7 de abril). Observamos que este porcentaje después de un inicio volátil producto del bajo número de pruebas ha ido convergiendo al valor de 11.7%.
¿Qué significa el porcentaje de 11.7 porciento? Si extrapolamos el resultado de las pruebas a toda la población del país, significa que 11.7% de 31 millones de peruanos se encuentran infectados, es decir alrededor de 3 millones 600 mil personas deben encontrarse infectados y las cifras oficiales no los han detectado por falta de suficientes pruebas, especialmente moleculares. Este tipo de resultados, con diferencias en los porcentajes debido a su focalización, han sido constatados con las pruebas realizadas recientemente en el mercado de Caquetá, las pruebas realizadas en la escuela de policía y otras.
¿Por qué es imperativo que el gobierno implemente la estructura de pruebas simultáneas de moleculares y serológicas a nivel nacional y en el menor tiempo posible? Porque se necesita identificar adonde se concentran las 3 millones 600 mil personas infectadas, con la mayor premura posible. Necesitamos identificarlos y georreferenciar su ubicación para aislar a los infectados y dar un certificado de inmunidad a los que ya han superado la enfermedad. La identificación oportuna y el aislamiento de los infectados reviste mayor importancia en el caso de los asintomáticos que son las fuentes de mayor propagación del virus. Este aislamiento debe ser acompañado de un rastreo de los familiares y contactos recientes del infectado para someterlos a las pruebas y así limitar la diseminación del virus.
Pero igual de importante es identificar el estado en que se encuentra un infectado en el ciclo de la enfermedad y esto solo se logra con la aplicación simultánea de las dos pruebas. (Jorge Peschiera en un artículo en este diario ha demostrado la importancia de conocer los resultados en detalle de las pruebas serológicas en lo que se refiere a la presencia de anticuerpos ImG y IgG). Sin esos datos no se puede saber cuándo un paciente ya se encuentra inmunizado y puede reintegrarse a sus actividades.
Al menos 97% de los infectados superan la enfermedad y se convierten en inmunes. Eso significa que al menos 3 millones 500 mil infectados ya están o van camino a la inmunización. La ubicación de estas personas debe correr en paralelo con su temprana ubicación como infectados y potenciales propagadores de la enfermedad. Un adecuado empadronamiento a nivel nacional permitirá definir quien está apto para reintegrase a sus actividades. Con una adecuada plataforma informática, vinculada a la base de datos del DNI y georreferenciada es perfectamente posible establecer un sistema de semáforos vinculados al DNI que funcionarían como certificados de inmunización y facilitarían el acceso al transporte público, la operación de servicios de “delivery” y el reinicio general de todas las actividades del país, paralizadas indiscriminadamente por la cuarentena decretada por el gobierno.
La imposición de cuarentenas rígidas como si estuviéramos en la Edad Media no dan resultados cuando se tiene un gran porcentaje de informalidad y personas que viven del día a día. La imposición de cuarentenas selectivas es la solución que viene aplicando la mayoría de los países para evitar el colapso económico. Pero las cuarentenas selectivas requieren un masivo uso de pruebas moleculares y serológicas.
El gobierno aduce que no tiene la infraestructura necesaria para la administración y monitoreo de pruebas masivas, a pesar del tiempo transcurrido desde que se declaró la pandemia mundial en el mes de febrero. Usar la excusa de falta de infraestructura no refleja una actitud correcta. El gobierno debe priorizar con carácter de urgencia contar con esa infraestructura en el menor tiempo posible a nivel nacional.
La compra masiva de pruebas moleculares y serológicas debería ser el primer paso. Paralelamente debería entrenarse un significativo número de personal encargado de tomar las pruebas (un mínimo de 10,000 personas) y habilitarse laboratorios de procesamiento de pruebas en número suficiente en cada región del país. Para ello se debe utilizar no solo al sector privado sino a las escuelas de medicina y enfermería de todo el país. Todo lo anterior debe ir acompañado de la implementación de un sistema informático que permita el monitoreo de cada paciente, desde su detección hasta su inmunización definitiva. Los inmunizados no solo se reintegrarían a sus actividades sino que estarían en condiciones de suministrar su sangre para tratamientos alternativos a los pacientes graves.
Todo ello requiere de la movilización de recursos públicos y privados de forma inmediata y adecuada. Las disposiciones se deberían dar con carácter de emergencia para evitar los entrabes burocráticos que lamentablemente venimos experimentando desde el inicio de la pandemia. El gobierno tiene la palabra.