Resultados del sector público no financiero

Esta semana el BCRP divulgó los resultados del sector público para el mes de febrero de este año. Lo resaltante es que el déficit acumulado de los 12 últimos meses superó el 3,3% del PBI. La ministra Cooper salió a calmar los ánimos sosteniendo que la meta del déficit es 3,5% y que se mantiene la meta de crecimiento de 4% del PBI para este año. En contraste, el flamante ministro de hacienda de Chile, Felipe Larraín, reveló que el déficit fiscal de Chile en 2017 fue de 2,1% y no de 1,7% como lo sostenía el gobierno de Bachelet. Asimismo, el ministro anunció su compromiso de reducirlo a cero en el corto plazo. En esta entrega analizamos la evolución de las cuentas del sector público en sus dos primeros meses de este año y su repercusión para lo que queda del 2018.

En la Tabla 1 se presentan los principales indicadores mensuales de las operaciones del sector público no financiero para enero y febrero de los dos últimos años. Observamos que en febrero 2018 hubo un incremento de los gastos de capital de 24,9% respecto al año anterior, pero el acumulado del primer bimestre aún es 20% inferior al mismo bimestre del año pasado. Por otro lado, los gastos en intereses han aumentado en febrero 36,4% con relación a similares gastos de febrero de 2017. En el primer bimestre de este este año estamos gastando más en el pago de intereses que en el monto invertido en bienes de capital.

El incremento del gasto en intereses es consecuencia directa del aumento del incremento exponencial de la deuda pública en los últimos años, resultado de sucesivos déficits fiscales. Para este año el Gobierno parte de la premisa que el déficit será 3,5% del PBI, lo cual contribuirá a aumentar aún más el endeudamiento del Estado. El problema es que estos nuevos préstamos tendrán que ser obtenidos a mayores tasas de interés dado el entorno internacional de tasas de interés crecientes. Esta situación y el creciente ruido político producto de la lucha fratricida por el poder entre el Ejecutivo y el Congreso han llevado a las clasificadoras de riesgo a manifestar su preocupación con la actual calificación del país. Una reducción de la actual calificación nos haría perder el grado de inversión que se traduciría en tasas de interés aún más elevadas para los préstamos futuros.

El aumento del déficit fiscal es resultado del incremento desmedido del gasto corriente. En el Gráfico 1 se muestra la evolución del gasto corriente y el gasto de capital del gobierno general en millones de soles corrientes. Observamos que los gastos corrientes (remuneraciones y bienes y servicios), además de ser más de tres veces el nivel de gastos de capital vienen creciendo más rápido que estos. En los primeros meses del gobierno de PPK se intentó recortarlos, pero este esfuerzo fue abandonado a mediados del 2017 para retomar la tendencia observada durante el gobierno de Humala. Los gastos de capital también se han incrementado, pero sin llegar a los niveles alcanzados durante el gobierno anterior.

La ministra de Economía ha culpado al Congreso del incremento excesivo que se viene dando en el gasto corriente. Sin embargo, los datos revelan que no ha habido un esfuerzo serio del MEF para una consolidación fiscal. El proyectado aumento del salario mínimo, que el Gobierno viene considerando, tampoco apunta en la dirección de la consolidación fiscal. En todo caso la responsabilidad del incremento del gasto corriente recae por igual en el Ejecutivo y al Legislativo, que parecieran no estar conscientes de la precaria situación fiscal.

Las proyecciones del Gobierno suponen una recuperación de los ingresos este año que permitirá controlar el crecimiento del déficit fiscal. Para ello el Gobierno apuesta a que los precios de los metales continuarán creciendo y que la economía crecerá 4%. En el Gráfico 2 se presenta la evolución de los ingresos corrientes del gobierno general para el periodo enero 2015 – febrero 2018. A primera vista pareciera que los ingresos se vienen recuperando sostenidamente. Sin embargo, la realidad es otra. Gran parte de la recuperación se debe a las medidas puntuales tomadas el año pasado, como la amnistía para la repatriación de capitales y el fraccionamiento especial a las deudas tributarias. Estos ingresos no se repetirán este año.

Adicionalmente, el fracaso del régimen especial MYPE tributario afectará negativamente la recaudación tributaria en marzo y abril de este año. Tradicionalmente el impuesto a la renta (a personas naturales y jurídicas) registra su mayor recaudación en los meses de marzo y abril como consecuencia de la regularización del impuesto que se paga en estos meses. Este año es muy probable que la recaudación por regularización sea menor que la del año pasado (que de por sí fue baja), debido al bajo crecimiento del PBI (2,5%) en 2017 y a la menor tasa asociada al nuevo régimen MYPE tributario. A esto hay que agregarle el efecto que tendrá en la regularización, las deducciones que harán las empresas por las Obras por Impuestos (OxI). Las inversiones financiadas bajo la modalidad OxI se han incrementado significativamente en el 2017. Este incremento se reflejará en una menor recaudación de impuesto al momento de la regularización del impuesto a pagar de las empresas que han participado de estos esquemas.

La ministra Cooper apuesta a que las medidas de combate a la evasión por parte de la Sunat permitirán continuar con la recuperación de la recaudación. Sin embargo, no se ven claras medidas para combatir el contrabando, que es una de las principales fuentes de evasión e informalidad.

El debate político se ha centrado en la vacancia presidencial. Se apuesta a que el sucesor de PPK hará un mejor papel tanto en lo político como en lo económico. Se corre el riesgo de que el nuevo equipo económico del sucesor ceda a las presiones populistas y empeore la situación fiscal. En este escenario estaríamos saliendo de “Guatemala” para entrar a “Guatepeor”.

 

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