Urge una asamblea constituyente que permita revertir el severo deterioro que viene experimentando el país en diversos frentes: inversión pública, seguridad ciudadana, servicios públicos (pasaportes, DNIs, brevetes, vacunación, transportes, agricultura, ambiente, agua potable, residuos sólidos, etc., etc.). Una asamblea constituyente que ayude a acelerar la rehabilitación de la infraestructura de miles de escuelas abandonadas a la buena de Dios. Que evite el lanzamiento de campañas de vacunación aplicando el doble de la dosis prescrita por la Organización Mundial de la Salud. En buena cuenta, una asamblea constituyente que camufle la incompetencia, el ‘achoramiento’ y la corrupción de un gobierno que viene batiendo récords históricos de desgobierno.
No es de extrañar que, desde octubre de 2021 hasta febrero último, el PBI (desestacionalizado) del Perú muestre un persistente estancamiento. Hay una parálisis del comercio y los servicios mientras la producción minera y la construcción se han venido a pique. No hay nuevos proyectos de inversión privada. Estaban a la espera de señales de recomposición y enmienda. Ya no lo están más ante tanto engaño y ausencia de brújula de un desgobierno que deambula entre el populismo, el caos y un nacional socialismo hitleriano.
Actualmente hay paro en 6 regiones, con 15 carreteras bloqueadas, lo que ahonda la parálisis económica. El vandalismo viene siendo una conducta generalizada en todo el país, ante la pérdida de autoridad y credibilidad de Pedro Castillo.
Todos estos paros han surgido en protesta contra un gobierno incapaz, que no cumple la palabra empeñada y se desdice todo el tiempo. Sin embargo, en el trance Perú Libre ha puesto en marcha un plan de infiltración, con la consigna de impulsar el caos, la agudización de las contradicciones y, como corolario, establecer una asamblea constituyente que le facilite a Vladimir Cerrón la toma del poder absoluto, para así esquivar la cárcel por los múltiples delitos que se le imputan.
Desde que arrancó el gobierno de Castillo la inversión pública está yendo en reversa, como el cangrejo, impactada por la fuerte pérdida de capacidad de gestión derivada del reemplazo en puestos claves, de técnicos especializados en gestión pública por militantes de Perú Libre y paisanos del presidente Castillo, sin preparación ni experiencia.
Entre los pocos proyectos que han caminado rápido figura el impulsado ante Provías Descentralizado por la asociación presuntamente capitaneada por el propio Castillo y conformada por el prontuariado Samir Villaverde García, Karelim López, Bruno Pacheco y los sobrinos prófugos del presidente: Construcción del puente vehicular Tarata sobre el río Huallaga, ascendente a S/ 232,5 millones.[1]
Hasta abril el sector educación sólo ha ejecutado el 7% de los S/ 821 millones asignados para mejoramiento de la infraestructura de los colegios. Hasta ahora el gobierno no ejecuta ni un sol en 55 de un total de 62 proyectos que cuentan con asignaciones presupuestales sobre los S/ 20 millones.
Apenas asumió el mando Pedro Castillo, su gobierno creó una unidad ejecutora especial para impulsar inversiones en infraestructura educativa emblemática (Proyecto Especial de Inversión Pública Escuelas Bicentenario), a la cual se asignó más de S/ 2.000 millones. Sin embargo, hasta ahora dicho proyecto sólo ha devengado el 1,6% de esos recursos.
Hay 5 grandes proyectos de inversión bajo la modalidad de asociación público-privada que vienen sufriendo postergaciones en Proinversión, por más de US$ 1.500 millones, dentro de los cuales están el terminal portuario de Marcona, las obras de cabecera y conducción para el abastecimiento de agua potable para Lima, la planta de tratamiento de aguas residuales de Huancayo y los hospitales de Essalud para las ciudades de Piura y Chimbote.
A pesar de la promesa de una “segunda reforma agraria” enarbolada con bombos y platillos, no hay hasta ahora un plan ni un solo proyecto que permita avanzar en la mejora de las condiciones productivas de nuestros agricultores familiares. Ni siquiera se ha puesto en marcha un plan de emergencia que permita asegurar la provisión de fertilizantes, lo que podría ocasionar una caída estrepitosa de la producción de alimentos en la campaña agrícola venidera. La promesa de aumento de la producción de guano de las islas es un mero canto de sirena. Aun multiplicándola no llegaría a cubrir ni el 10% de la demanda de abonos.
Ante el agravamiento de la incertidumbre política por los renovados vientos violentistas del clan Dinámico de Cerrón y el clan Chotano de Castillo, muchas empresas están poniendo su mira en trasladar sus inversiones a Ecuador, Colombia, Centroamérica, México y Estados Unidos.
Así las cosas, no extrañe que nuevamente el dólar vuelva a subir su cotización frente al sol y que la fuga de capitales y talentos reasuma la senda adoptada tras las elecciones de abril de 2021.
Urge entonces una “asamblea constituyente” no para dar solución a los problemas más sentidos del pueblo peruano, sino para agravar la crisis económica, el caos, la fuga de capitales y talentos. Urge instaurar un escenario de caos y enfrentamiento, para poder poner de rodillas a todos por falta de ingresos y perspectivas de un futuro mejor, para así en su desesperación lograr que se instale una dictadura nacida de la arbitrariedad, la destrucción y el saqueo.
Urge pues una asamblea constituyente antidemocrática, que vomite una nueva constitución antigua: la del castrismo en Cuba y el chavismo en Venezuela. Una constitución pergeñada tras bambalinas “escuchando” a organizaciones sociales a las que se les conculca sus libertades en aras de un “bien común” exclusivo para la élite dictatorial cerronista-castillista. Una constitución organizada por dos bandas delincuenciales enquistadas en el gobierno: Los Dinámicos de Cerrón y los Chotanos de Castillo.
Ciertamente, parte de culpa de todo esto la tenemos todos, sino nunca hubiésemos llegado a tal punto que la miasma política pueda tentar ocupar el trono que le corresponde al pueblo peruano noble, creativo, honesto y trabajador. Son tiempos de unirse y poner el hombro para ponerle un pare a esta gangrena.
[1] Este proyecto fue adjudicado en tiempo récord (del 19 al 22 de octubre de 2021) por un monto 27 céntimos menor al 2° postor. El postor ganador fue el “Consorcio Puente Tarata III”, integrado por las empresas Tableros y Puentes, H. B. Estructuras Metálicas y Termirex, vinculada a Karelim López.