La OPEP mantuvo su producción de petróleo sin cambios el jueves en una victoria para los productores del Golfo Pérsico, liderados por Arabia Saudita, frente a los miembros menos fuertes del grupo que pedían medidas para detener la caída de los precios del crudo.
Tras la decisión del grupo, el petróleo Brent cayó más de 4 dólares a 73, 50 dólares por barril, ante las expectativas de una enorme sobreoferta global en los próximos meses.
En su comunicado, la OPEP no hizo mención a reuniones extraordinarias o a la necesidad de que los miembros dejen de sobreproducir, en un cambio importante en las políticas del grupo que usualmente ha mantenido la unidad para defender los precios del crudo.
Esta decisión podría dar pie a una pelea por la cuota de mercado entre los países de la OPEP y los que no forman parte del grupo, debido a que el auge de la producción de petróleo de esquisto Estados Unidos y el menor crecimiento económico en China y Europa ya han hecho que los precios del crudo bajen cerca de un tercio desde junio.
«Fue una gran decisión», dijo el ministro del Petróleo de Arabia Saudita, Ali al-Naimi, al salir, sonriente de la reunión, que duró cerca de cinco horas.Al ser consultado si la OPEP había decidido no reducir la producción ni cambiar las políticas actuales, respondió: «Eso es correcto». La producción del grupo es de 30 millones de barriles por día.
El ministro de Relaciones Exteriores de Venezuela, Rafael Ramírez, salió de la reunión visiblemente molesto y declinó a formular comentarios sobre la decisión.
Los países del Golfo Pérsico han dejado en claro que están listos para soportar los bajos precios que están golpeando a sus socios en la OPEP como Venezuela e Irán, que presionaron por recortes de producción para estabilizar al mercado y aliviar la presión sobre sus presupuestos estatales.
Una guerra de precios también perjudicaría fuertemente el mayor exportador fuera de la OPEP, Rusia, que ha chocado con Arabia Saudita por el apoyo de Moscú al presidente sirio, Bashar al-Assad.
Rusia ya está sufriendo el impacto de las sanciones occidentales por sus acciones en Ucrania y necesita los precios del petróleo en 100 dólares por barril para equilibrar su presupuesto.
Abdalla El-Badri, secretario general de la OPEP, que responde por un tercio de la producción petrolera global, aseguró que el grupo no tiene un «precio meta» para el petróleo.
PETRÓLEO DE ESQUISTO EN LA MIRA
Si el grupo redujera la producción sin una acción similar por parte de sus competidores, perdería más participación de mercado frente a sus rivales, incluyendo a los productores de esquisto de América del Norte.
Gracias a sus grandes reservas de divisas, Arabia Saudita y otros productores del Golfo Pérsico podrían aguantar por un tiempo este tipo de batalla, que provocaría una mayor baja de los precios. Sin embargo, a los países miembros de la OPEP que no cuentan con ese respaldo les resultaría mucho más difícil.
El ministro del Petróleo de Kuwait, Ali Saleh al-Omair, dijo que la OPEP tendrá que aceptar cualquier precio de mercado de petróleo, ya sea de 60, 80 ó 100 dólares por barril.
Su homólogo iraquí, Adel Abdel Mehdi, afirmó que estima un piso para los precios del crudo en entre 65 y 70 dólares por barril.
Una guerra de precios podría restar competitividad a algunos proyectos futuros de esquisto debido a los altos costos de producción, lo que aliviaría las presiones competitivas sobre la OPEP a largo plazo.
«Interpretamos esto como Arabia Saudita vendiendo la idea de que los precios del petróleo a corto plazo necesitan bajar más, con un piso de 60 dólares por barril, para tener más estabilidad en los años venideros por sobre los 80 dólares», comentó Olivier Jakob, de la consultoría Petromatrix.
«En otras palabras, debería ser del interés de la OPEP vivir con menores precios por un tiempo para desacelerar el desarrollo de proyectos en Estados Unidos», agregó.
La bonanza del petróleo de esquisto en América del Norte ha tomado por sorpresa a muchos miembros de la OPEP.
«Estados Unidos está produciendo de una manera muy, muy mala. El petróleo de esquisto, quiero decir es un desastre desde el punto de vista del cambio climático y el medioambiente», dijo más temprano Ramírez, quien representa a Venezuela ante la OPEP.
La OPEP acordó reunirse el próximo el 5 de junio.