Según la Comisión Económica para América Latina y El Caribe (Cepal), el impacto de la pandemia de coronavirus COVID-19 en la economía de Latinoamérica será mayor de lo que se esperaba, y la recuperación más lenta de lo que se pensaba: recién en el 2025 podrían alcanzarse los niveles de actividad regionales que existían en el 2019, antes del brote viral. Ante esta situación va a haber efectos en el crecimiento, en el desempleo, la desigualdad y la pobreza que van a ser más largos de lo esperado. Así mismo, la Cepal señala que la pandemia llegó a Latinoamérica en momentos que la región ya estaba sumergida en problemas económicos y se habían reducido las perspectivas de crecimiento, pero el COVID-19 agravó el panorama y provocó la peor crisis económica regional de los últimos 100 años. La recesión se instaló en el primer trimestre del año, con una contracción de 1,5% de la actividad, con lo cual se prevé que la caída del Producto Bruto Interno (PBI) sea de 9,1% al finalizar el 2020, esto equivale a un retroceso de una década. Cabe señalar que las cifras finales, sin embargo, serán revisadas y es posible que sean aún mayores. Sudamérica sería la más afectada, con una contracción de PBI equivalente a 9,4%, en Centroamérica y México la caída sería de 8,4%, y de 7,9%. La caída de la actividad económica en Estados Unidos, sería de 6,5% y de 8,7% en Europa. China, en cambio, tendría un crecimiento de 1%. Por otro lado, a raíz de la pandemia, se estima que 2,7 millones de empresas cerrarán en América Latina en el 2020, y el desempleo ascenderá a 44 millones de personas, 18 millones más que en el 2019. La informalidad de la economía ha alcanzado al 54% de la población, o más de 159 millones de personas; y se prevé que la pobreza retrocederá a niveles del 2005, o de hace 15 años, afectando a unos 231 millones de personas. La pobreza extrema, en tanto, llegaría a 96 millones de personas, un nivel equivalente al de 1990, un retroceso de 30 años.