El Impacto de la Invasión Rusa a Ucrania

La invasión de Rusia a Ucrania y la valiente resistencia de las fuerzas ucranianas ha generado una reacción de apoyo creciente del mundo occidental hacia Ucrania. Ante la imposibilidad de una reacción militar por parte de la OTAN, los EUA, apoyados por los países de la unión europea y otros países aliados, han iniciado un bloqueo económico y financiero de Rusia de una magnitud inimaginable. El bloqueo de las reservas internacionales del banco central ruso, las restricciones al transporte marítimo hacia puertos rusos y al acceso de aerolíneas rusas a aeropuertos en numerosos países y el retiro de las empresas multinacionales del suelo ruso, marca el inicio de una nueva guerra fría.

Rusia es el principal proveedor de gas de Europa y uno de los principales exportadores de trigo. Junto con Ucrania representan mas del 30% de las exportaciones mundiales de este cereal. Estas disrupciones no serán temporales. La ocupación del territorio ucraniano tomará años en resolverse aun si se suspenden las hostilidades. El aislamiento ruso por parte de los países del occidente durará más tiempo aún. El impacto inmediato de la invasión rusa ha sido la disparada de los precios del petróleo, el gas y el trigo. (ver Gráfico 1).

La exclusión del sistema SWIFT de gran parte de los bancos rusos y el bloqueo de las reservas internacionales del banco central ruso marca un hito en contra del uso del dólar como moneda de referencia. Países como China, India y otros países asiáticos acelerarán la recomposición de sus reservas internacionales buscando reducir su exposición al dólar y a activos financieros en EUA y Europa.

Las sanciones complican enormemente la política monetaria del banco central norteamericano (FED). Por un lado, los precios más altos del petróleo y el gas incrementarán la inflación que ya está en niveles muy altos, presionando al FED para aumentar su tasa de referencia. Por otro lado, el aumento de los precios de la energía y la disrupción de las cadenas de suministro, pueden reducir la actividad económica y hacer que la FED sea muy cauto respecto al aumento de sus tasas de interés.

Sin embargo, el aumento de la demanda mundial de dólares estadounidenses está empujando los rendimientos reales de los bonos del Tesoro a niveles aún más bajos, lo cual, si persiste, podrá obligar al FED a  elevar las tasas nominales aún más, para lograr el mismo efecto. El FED tendrá que hilar muy fino para definir el correcto nivel de sus tasas de interés.

¿Cómo afectará esta situación a la economía peruana?   El mayor impacto se dará sobre la inflación. Los precios del petróleo, gas y trigo tienen una gran incidencia en la canasta del consumidor. Los precios del pan y la gasolina serán los primeros en registrar aumentos y esto se reflejará en mayor inflación. La política monetaria del BCRP, elevando las tasas de interés puede resultar insuficiente para controlar la inflación en el corto plazo, especialmente si los mayores precios del petróleo y el trigo se mantienen altos por el resto del año, lo cual es muy probable dado que no se avizora una pronta solución del conflicto.

Otra fuente de problemas podría ser el campo financiero. En 1998, la llamada crisis rusa se dio por una cesación de pagos de sus bonos que redujo significativamente las líneas de crédito disponibles para el sistema financiero latinoamericano, especialmente por parte de los bancos alemanes, que fueron los mayores afectados por la crisis rusa. El actual bloqueo de los activos rusos es equivalente a una cesación de pagos por parte del gobierno ruso. Es muy probable que se repita el escenario de 1998 o, en el mejor de los casos, se registrará una disminución de las líneas de crédito a los bancos nacionales.

El incremento de los precios del petróleo, del trigo y otros alimentos también incidirá sobre la balanza comercial del Perú, que viene siendo compensado, en parte, por el aumento del valor de nuestras exportaciones generado, principalmente, por el alto nivel de los precios de los minerales. Esta situación está cambiando y se puede agravar por la invasión rusa a Ucrania. Como se puede apreciar en el Gráfico 1, los precios de los minerales (cobre) se han estabilizado mientras que los precios del petróleo, trigo y otros alimentos están subiendo a tasas muy elevadas. Lo anterior significa que el valor de nuestras exportaciones no va a seguir creciendo al ritmo exponencial que se avizora aumentará el valor de nuestras importaciones.

La reducción del superávit de la balanza comercial contribuirá a empeorar el déficit de balanza en cuenta corriente y a una caída de las reservas internacionales.  El aumento de la inflación, el deterioro de la balanza de la cuenta corriente y las posibles restricciones en las líneas de crédito del exterior constituirían un escenario muy delicado para nuestra economía que, de no ser manejado adecuadamente, podría conducir a una recesión de la economía, acompañada del inicio de una espiral inflacionaria.

En este contexto, nuestras autoridades harían muy bien suspendiendo medidas que tiendan a exacerbar la inflación. El anunciado aumento del sueldo mínimo debería ser suspendido hasta tener la inflación bajo control. La política de gasto público debería ser muy prudente, priorizando la inversión sobre el gasto corriente. La propuesta de permitir el retiro del 100% de los fondos de las AFP debería ser suspendida hasta tener una solución integral al régimen pensionario y del sistema de salud.

El otorgamiento de nuevos bonos y subsidios debería descartarse. Tanto el ejecutivo como el Congreso deberían tomar en cuenta el delicado escenario internacional para la toma de sus decisiones. Se requiere una estrecha coordinación de la política monetaria con la política fiscal que genere un shock de confianza al inversionista. Hoy mas que nunca se requiere de autoridades competentes que garanticen una gestión eficiente del estado. Nuestras autoridades tienen la palabra.