CONCLUYENDO CON EL ASUNTO DE LA POTA EN EL PERU

El tema de la pota y las denuncias sobre los barcos chinos, poco a poco viene o irá perdiendo vigencia e interés. Tuvo un pico de audiencia y sintonía debido a que muchos medios, organizaciones y analistas lo pusieron en vitrina. Pero eso no va a durar mucho tiempo más. En los medios de comunicación y redes sociales nada dura para siempre.

El Ejecutivo solo espera que pase la fiebre y la cosa se enfríe para luego seguir sosteniendo que no hay evidencia de pesca ilegal. Poco a poco, más temprano que tarde, el asunto pasará al olvido, como sucede con muchos temas nacionales. La verdad es que no existe prueba contundente y tangible, que pueda ser exhibida ante un tribunal o autoridad, que demuestre la existencia de pesca ilegal dentro del dominio marítimo peruano.

En este contexto legal y formal, el Estado no tiene nada más que hacer ni decir. Para las autoridades, la flota pesquera china no afecta a la pota. El asunto está zanjado y olvidado.

Lo obvio es que el Gobierno no muestra intención ni deseos de crearse problemas con la China porque considera que sus inversiones son más importantes que hacerse problemas por la pota.

El caso es que focalizar el problema de la pota solo en el aspecto de una supuesta pesca ilegal de la flota china es algo incompleto y que favorece al archivamiento y olvido del asunto. Afirmar que todo se reduce a pesca ilegal es darle un argumento de respuesta efectiva al Gobierno, puesto que su respuesta es y será que no hay evidencia de que ello esté ocurriendo y tendrían razón. De esta manera queda respondido el asunto y salvadas las responsabilidades del Estado.

El verdadero problema, que queda oculto porque estamos distraídos con el tema de la pesca ilegal, es que esta flota compite de forma desleal con el Perú porque capturamos la misma pota, vendemos a los mismos compradores y en los mismos mercados internacionales; pero con exigencias distintas. El otro problema es que pesquen demasiado, legal o ilegalmente, dentro de las doscientas millas o más allá de ellas, afectando la salud de la biomasa.

Perú corre el riesgo de que esta flota sobrexplote la pota y esta se agote en nuestro mar a corto o mediano plazo. El impacto sobre la porción de pota existente a partir de la milla 201 afecta al que está dentro de las 200 millas.

Si a partir de la milla 201 están depredando la pota y afectando a la biomasa completa, el problema de fondo persiste: hay sobrepesca por parte de la flota china y a la larga el recurso se verá impactado.

Perú establece límites máximos de captura anuales y su flota tiene costos operativos sin subsidios estatales. En cambio, ellos pescan los trescientos sesenta y cinco días del año sin límite alguno, poseen subsidios del Estado y cuando no están frente a Perú, están pescando en aguas afuera de Argentina, Ecuador y Chile. Pescan permanentemente sin medida ni control alguno, porque están en aguas internacionales, donde no existe autoridad efectiva de control por parte de ninguna organización.

Una solución, quizá la única para atender el fondo del problema, pero que nadie tomara en cuenta, es impedir de una u otra forma que los barcos chinos reduzcan sus costos al usar servicios peruanos. Podemos seguir escribiendo y discutiendo sobre el tema pero es y será inútil. El gobierno no se va a pelear con los chinos y los defenderán de una u otra forma. Mucha palabrería, argumentos técnicos y legales que hacen ruido pero no resuelven lo principal.

La actividad de pesca sobre poblaciones de peces transzonales y altamente migratorios en el alta mar adyacente al dominio marítimo peruano se ha intensificado substancialmente en los últimos años, debido a la presencia de naves de pabellón extranjero, en especial de origen chino, que realizan actividades de pesca en dicha área sin sujeción a normas de conservación adecuadas.

Si bien el acceso y uso de los puertos nacionales por naves pesqueras de pabellón extranjero es regulado en el D. S. Nº 014-2024, recientemente promulgado , el mismo no contempla medidas de conservación sustentable de las poblaciones de peces transzonales y altamente migratorios, tanto en el alta mar adyacente como en el dominio marítimo peruano.