Ministros de la Producción desde la creación del Ministerio:
MINISTROS DE LA PRODUCCION 2002 – 2020
- EDUARDO IRIARTE
- JAVIER REATEGUI
- ALFONSO VELASQUEZ
- DAVID LEMOR
- RAFAEL REY
- ELENA CONTERNO
- MERCEDES ARAOZ
- NICANOR GONZALES
- JORGE VILLASANTE
- LUIS NAVA
- KURT BURNEO
- JOSE URQUIZO
- GLADYS TRIVEÑO
- PIERO GUEZZI
- BRUNO GIUFFRA
- PEDRO OLAECHEA
- LIENEKE SCHOL
- DANIEL CORDOVA
- RAUL PEREZ
- ROCIO BARRIOS ALVARADO
La cifra de 20 ministros en 18 años, que da un promedio de 1.11 ministro por año podría ser una de las causas de que la gestión del sector pesca durante el período sea inadecuada e improductiva para las necesidades de la pesquería. Si se suma al corto tiempo que cada Ministro permanece en el cargo, la inexperiencia de cada uno, la rotación constante de funcionarios de todo nivel, derivada del cambio del titular del pliego, podemos entender por qué el sector está en crisis. No basta la buena voluntad o la capacidad personal sin que esté acompañada de conocimiento de la pesca.
Como excepción, destaca Rafael Rey por la dación del DL 1084 que ordenó la pesquería de la anchoveta para CHI. Sigue siendo una norma polémica, pero ha sido, quizá, la más importante desde la promulgación de la propia Ley de Pesca. Rey no era un experto en el sector, pero se comprometió con la pesca y permitió la generación de un documento trascendente. Su gestión fue una de las más largas, desde el 28 de julio de 2006 hasta el 13 de octubre de 2008, lo que propició un período de avances, sobre todo en relación a la promoción del consumo de anchoveta, gestado por su viceministro Alfonso Miranda.
VICEMINISTROS DE PESQUERIA 2002 – 2020
- JULIO GONZÁLES FERNANDEZ
- LEONCIO ALVAREZ VASQUEZ
- ALEJANDRO JIMENEZ MORALES
- ALFONSO MIRANDA
- ELSA GALARZA
- MARIA TALLEDO
- ROCIO BARRIOS
- PATRICIA MAJLUF
- JAIME REYES
- EDUARDO PASTOR
- PAUL PUMPHIU
- JUAN CARLOS REQUEJO
- HECTOR SOLDI
- JAVIER ATKINS
- MARIA DEL CARMEN ABREGU
Si bien es cierto el promedio de viceministros es menor que el de los ministros, no se aprecia que su nivel de experiencia o de capacidad de manejo haya sido el adecuado para servir a un Ministro con o sin agenda política. Poco se puede decir de la mayoría de los ministros y viceministros que asumieron el cargo sin agenda, sin visión de futuro para la pesca, sin conocimiento y sin compromiso por hacer algo de fondo para el sector.
Exceptuando la gestión de Alfonso Miranda, el viceministro de mayor duración en el tiempo que se ha tenido, con experiencia en el sector y que realizó importantes aportes para la promoción del consumo de anchoveta, los demás, o tuvieron poco tiempo para diseñar algo importante, o carecieron de la fuerza y/o capacidad necesarias para hacer algo trascendente, o simplemente carecieron de una propuesta. Otros, que pudieron haber realizado reformas importantes en base a su experiencia y cualidades personales, fueron sometidos por una gestión autocrática, o por la imposibilidad de realizar una labor eficaz por falta de condiciones apropiadas.
En la inadecuada administración del sector, ha primado la ausencia de hechos efectivos para la pesca peruana. Promesas que son difíciles de cumplir y otros instrumentos de manejo político y administrativo, se convirtieron en árboles que impidieron ver al bosque de necesidades y problemas que atender.
La designación de funcionarios de confianza de la administración para cargos de dirección, se deslegitima cuando el mismo no es un experto en pesca ni conoce lo mínimo imprescindible para asegurar un buen desempeño. Esto ha devenido en una constante que daña a la pesquería.
La verdad es que cada gestión diseña, con mayor o menor conocimiento y con intereses políticos y/o personales básicamente, su propia agenda, la cual dura apenas lo que dura su gestión. Ni siquiera dura el gobierno completo.
La consecuencia es que desde 2002 al 2020, los problemas de fondo de la pesca siguen siendo los mismos, en especial los de la pesca artesanal. No se ha diseñado una política de largo plazo ni se han enfrentado los temas con eficacia.
El futuro se proyecta en forma similar, con más de lo mismo. Nada permite asegurar que las próximas gestiones serán conducidas por personas adecuadas, que se elaborará una Política de Estado con visión de largo plazo, que será respetada por los sucesivos gobiernos y que los siguientes Titulares del Pliego actuarán con desprendimiento personal, con tecnicismo, escuchando a quienes algo tienen que aportar, sin soberbia ni arrogancia.
No mejorará la gestión pesquera mientras los funcionarios sigan trabajando sin compromiso, intelectualmente castrados por el temor a perder el empleo, o subordinados a la autocracia de la autoridad de turno y tampoco mientras no se defina una Política de Estado para el largo plazo. Tampoco con directores de “confianza” pero sin experiencia ni conocimiento.
Lo ocurrido en relación al Imarpe y la segunda temporada de anchoveta 2019 puso en vitrina la problemática pesquera, que generalmente a poca gente le importa y reavivó un latente conflicto entre la industria y la administración actual. Se le ha llamado “crisis en la pesca”; pero la verdad es que el sector vive una crisis hace mucho tiempo por la falta de voluntad, de capacidad y de decisión políticas para enfrentarla.
Los antecedentes permiten presumir que la pesca está condenada a ser una actividad sin importancia para los gobiernos; pero apetecida por políticos con agendas personales, o lo que es peor: sin agenda.
Crear el Ministerio de Pesquería no solucionaría nada si el sistema sigue funcionando bajo el mismo esquema.