En su reunión de septiembre de 2023, el Banco de México optó por mantener su tasa de referencia de política en un máximo histórico de 11,25%, una decisión que estaba ampliamente anticipada por el mercado. Esta decisión marcó la cuarta sesión consecutiva en la que la junta del banco votó unánimemente por mantener la tasa, después de haber incrementado el costo de endeudamiento en 15 ocasiones desde junio de 2021. La decisión se da en un contexto de inflación persistente, aunque con una ligera disminución, y refleja la estrategia del banco central para manejar las expectativas inflacionarias y asegurar la estabilidad económica del país.
Los responsables de la formulación de políticas del Banco de México señalaron que la inflación general anual experimentó una disminución, situándose en 4,44% a mediados de septiembre, en comparación con el 4,64% registrado en agosto. No obstante, la inflación se mantiene en niveles elevados, y las expectativas de inflación para 2023 han experimentado un aumento. De hecho, ya no se proyecta que la inflación converja al rango meta del banco en el corto plazo. La junta del banco ha expresado su compromiso de seguir de cerca las presiones inflacionarias y todos los factores que puedan afectar la trayectoria prevista para la inflación y sus expectativas.
Con la decisión de mantener la tasa de referencia, la postura de política monetaria del Banco de México se alinea con la trayectoria requerida para que la inflación converja a su meta del 3%. Esta meta refleja el objetivo del banco de equilibrar el crecimiento económico con la estabilidad de precios. La persistencia de la inflación alta y las crecientes expectativas inflacionarias plantean desafíos significativos para la política monetaria del país, y el Banco de México continuará monitoreando de cerca la situación económica y ajustando su estrategia según sea necesario para alcanzar sus objetivos de inflación y promover un ambiente económico estable y propicio para el crecimiento sostenible.