La presidenta brasileña, Dilma Rousseff, planea un paquete de recorte de gastos y alzas de impuestos por hasta 100.000 millones de reales (unos US$ 36.000 millones ), en un agresivo intento para recuperar la confianza de los inversores en medio de una creciente tensión en los mercados emergentes, dijeron a Reuters funcionarios de Gobierno.
El ajuste fiscal, que está en la parte alta de las expectativas del mercado, es la última señal de que Rousseff adopta una agenda significativamente más austera y amigable con los mercados para su segundo mandato, que comienza el 1 de enero.
También ocurre cuando algunos socios de Brasil se protegen de la caída en los precios de las materias primas y una pérdida de confianza general en los mercados emergentes.