Ambientes innovativos

En pleno Siglo XXI, qué duda cabe que los países que quieren ser competitivos tienen que innovar. Sin embargo, son muchos los que constriñen el concepto de innovación a la aplicación de una nueva tecnología, incorporada en una máquina o un software. Dejan así de lado la vertiente más rica del proceso innovativo, consistente en la aplicación de nuevas ideas, conceptos y prácticas; es decir, la creatividad, la imaginación y la inventiva como ejes del cambio y el mejoramiento continuo en la gestión, el marketing, la distribución, la investigación y el desarrollo de productos y servicios.

En las pequeñas y medianas empresas, reemplazar un solo concepto anquilosado puede generar un salto espectacular en la productividad y las ventas. Para ello es crucial generar un ambiente de trabajo colaborativo, que coadyuve al intercambio de opiniones y de experiencias profesionales. Al gobierno central y a los gobiernos regionales y locales les compete impulsar la creación de ambientes en los que las pequeñas y medianas empresas puedan encontrarse y, a la vez, interactuar con el conocimiento experto, lo último en tecnologías de la comunicación, la biogenética, la robótica, la nanología y la expresión artística en todas sus dimensiones.