Los peces constituyen un recurso natural, biológico, móvil y renovable. Su reproducción no requiere la intervención humana ni implica ningún costo. Pero su extracción está sujeta a la disponibilidad de los mismos.
La existencia de demasiadas embarcaciones pesqueras acarrea la sobreexplotación y la disminución de las poblaciones. El ajuste del tamaño de la flota a una relación adecuada de la disponibilidad extraíble de los recursos pesqueros debe ser un objetivo fundamental de la política pesquera.
Cada pez capturado deja de estar disponible para los demás pescadores. Cada pescador se ve afectado por la actividad de los demás pescadores, artesanales o industriales. Por tanto, a mayor cantidad de pescadores, menos capturas para cada uno. Por tanto, la pesquería no debe admitir más participantes.
Las poblaciones de peces no se reproducen con la celeridad y en los volúmenes necesarios para permitir que intervengan nuevos pescadores, sean artesanales o industriales. La dependencia y vulnerabilidad de los pescadores respecto de las actividades de los demás pescadores actuales es inevitable. Con mayor razón si entran nuevos.
Lo prudente es evaluar la magnitud de las biomasas explotables y valorizarlas, deducir el costo de extracción y conocer la renta neta a que pueden aspirar los que pretenden emprender la aventura de pescar. De este análisis resultará una primera información útil que les permita evaluar si salir a pescar es un negocio rentable. O si ya dejó de serlo hace mucho tiempo debido a que, los recursos pesqueros van disminuyendo en la medida que el esfuerzo pesquero se va incrementando.
Los pescadores artesanales y los pescadores industriales están compitiendo por obtener el derecho a la pesca a través del uso de mayor tecnología, rapidez y posible conocimiento del mar y de sus peces. En una competencia, donde todos los pescadores entran a pescar libremente, los más perjudicados serían los actuales pescadores, tanto artesanales como industriales porque cada vez tendrían menos recursos para extraer y menos días de pesca.
Por tanto, la pesca no puede ser de libre acceso. Para evitarlo es necesario establecer cuotas anuales y cuotas individuales, así como el pago de derechos de pesca según el tipo de embarcación que posea el pescador, la capacidad de pesca del mismo y la especie a pescar.
Con la reflexión anterior la Revista Pesca expresa su saludo y reconocimiento a todos los pescadores del Perú que en Junio celebran su día, coincidentemente con el día del Océano.
Los invito cordialmente a leer la edición de la Revista Pesca correspondiente a JUNIO 2015.