Algunos comentarios sobre la evolución reciente del empleo global y del femenino en Lima metropolitana

La desaceleración económica de los últimos meses ha traído como consecuencia el deterioro de las estadísticas  globales sobre el empleo en el caso particular de Lima Metropolitana. Al respecto, el número total de Personas en Edad de Trabajar (PET), que agrupa a las personas mayores de 14 años, creció a una tasa vegetativa de 1, 82% (130, 2 mil personas) entre los promedios móviles de enero, febrero y marzo del presente año con relación a similar promedio correspondiente al año pasado (1). En cambio, la Población Económicamente Activa (PEA), concepto que reúne a las personas que están empleadas o que buscan estarlo, solo creció en 0, 15% (7, 4 mil personas). Es decir, en dicho periodo solo un 5, 68% del incremento de las personas que alcanzaron la edad para trabajar, se incorporó a la PEA, mientras que el 94, 24% del crecimiento de la PET, se abstuvo de participar voluntariamente en la fuerza laboral, pasando a integrar la Población Económicamente Inactiva (PEI). Es decir, del total de 130, 2 mil personas que alcanzaron la edad de 14 años en el periodo indicado, 122, 7 mil personas optaron por abstenerse de ofrecer sus servicios en el mercado laboral.

Las estadísticas anteriores contrastan grandemente con las correspondientes a los promedios móviles de los trimestres enero, febrero y marzo de los años 2014 y 2013. Entre ambos trimestres, la PEA creció en 2, 67% (130, 0 mil personas) mientras que la PEI se redujo en 0, 10%. Es decir, en este periodo, la PEA creció un poco más rápido que la PET. Según las cifras del INEI, entre ambos años la PET se incrementó en 127, 9 mil personas, mientras que la PEA lo hizo en 130, 0 mil personas, correspondiéndole la diferencia a una reducción en el número absoluto de personas que voluntariamente se abstenían de participar en la fuerza laboral. Este comportamiento disímil de estas cifras respecto a las mencionadas anteriormente, revelaría por lo menos dos fenómenos relacionados con la evolución reciente del mercado laboral. El primero, que el mercado laboral ha disminuido la demanda de trabajadores, lo cual se verifica además con un incremento del porcentaje de desempleo en los últimos meses (2), y en segundo lugar, que parte de la PET ha retirado su oferta de trabajo en el mercado laboral, prefiriendo realizar otras actividades ante la caída de la demanda del servicio laboral (3).

La composición porcentual de la PEA en los últimos cinco años, entre enero, febrero y marzo del 2011 y similar periodo del 2015, se mantiene sin mayores cambios: un 55% corresponde a trabajadores de sexo masculino y 45% al de sexo femenino, lo que registra un sesgo en favor de la contratación de trabajadores varones. En cambio, en la composición de la PEI la mayor proporción corresponde a las personas de sexo femenino, alrededor de 65%, mientras que la que corresponde a los varones registra un 45%. Ello refleja seguramente el rol tradicional de las mujeres en el hogar y la discriminación que aún se observa en la asignación de empleos disponibles  en favor de los trabajadores varones. Sin embargo, la proporción de las mujeres en el total de la PEI ha decrecido en los últimos años. Así, en el trimestre enero, febrero y marzo del 2011, dicho porcentaje era de un 68%, el cual se redujo a un 64% en similar trimestre móvil del presente año. Por otra parte, la revisión de la estructura de la Población Desempleada (PD), muestra que el mayor porcentaje de la misma corresponde al grupo femenino, con un 56, 2% en el primer trimestre móvil de este año; en cambio, al grupo de los varones le correspondió un 43, 8%. Esta estructura se ha mantenido en los últimos años y nuevamente, el sesgo en favor de los trabajadores de sexo masculino está presente en este caso.

En cuanto a los ingresos promedio de los trabajadores según sexo, se mantiene un mayor monto de los mismos en favor de los trabajadores varones. En el primer trimestre móvil del presente año, el ingreso corriente promedio de los trabajadores varones superó al de las mujeres en un 46% (S/.1.842, 9 versus S/. 1.262, 1). Dicha proporción se ha incrementado ligeramente en favor de los primeros, ya que en el primer trimestre del 2011, el ingreso promedio de los trabajadores varones superó al de las mujeres en un 44, 3% (S/. 1.346, 5 versus S/. 933, 2). Adicionalmente, en el número total de Personas Adecuadamente Empleadas (PAE) (4), la participación de las mujeres trabajadoras apenas alcanza a un poco más de la tercera parte del total (34, 7% en enero, febrero y marzo del presente año), aunque se registra una mejora relativa en este porcentaje de participación, pues en similar trimestre móvil del 2011, el porcentaje era de 31, 3%. Estos montos y porcentajes  mostrarían que no solamente el grupo de trabajadores mujeres obtienen remuneraciones menores que los trabajadores hombres, sino que además en la mayoría de los casos, tales remuneraciones no son suficientes para cubrir las necesidades básicas, por tratarse seguramente de ocupaciones de menor calidad o jerarquía.

En resumen, si bien es posible observar determinadas mejoras en la situación relativa de las mujeres respecto de la de los hombres en el mercado laboral de Lima Metropolitana, producto del crecimiento económico de los últimos años, estas son más bien marginales, como en los casos de la mayor participación relativa de las mujeres en la PAE y una menor participación relativa entre la PEI. Es claro que las cifras estadísticas reafirman la situación de rezago del grupo de trabajadoras mujeres.  Esto es, una situación más equilibrada entre los géneros en el mercado laboral no es asunto de unos pocos años de vigoroso crecimiento económico en ausencia de políticas sociales agresivas  que mejoren la productividad del segmento femenino de la oferta laboral y del papel que la sociedad le asigna tradicionalmente a las mujeres.

Notas.-

(1) Las estadísticas del INEI sobre empleo utilizan promedios móviles de tres meses consecutivos a fin de reducir las variaciones estadísticas atribuibles a factores  estacionales, cíclicos y aleatorios de las series de tiempo, con el propósito de reflejar la tendencia de las cifras mensuales.

(2) Así, la tasa de desempleo en Lima Metropolitana en los trimestres móviles enero, febrero y marzo de los años 2013, 2014 y 2015, fueron de 6, 39%, 6, 95% y 7, 03%, respectivamente.

(3) Se trata de evidencia de la existencia de un desempleo “oculto”, pues al no ofrecer sus servicios laborales una persona en edad de trabajar, no es considerada desempleada en las estadísticas oficiales.

(4) Corresponde a la población empleada que trabaja más de 35 horas a la semana y que cuenta con ingresos iguales o superiores al costo de la canasta mínima de consumo familiar calculada por el INEI.