La Balanza de Pagos y las Reservas Internacionales Netas

Por años nos hemos jactado de tener uno de los niveles de reservas internacionales netas (RIN) con relación al PBI más altos del mundo. Esa fortaleza ha sido el símbolo del milagro económico de los últimos 25 años. Sin embargo, esta situación está cambiando. Desde el 2013 las RIN no crecen. Los precios de los minerales se han recuperado. La balanza comercial se ha vuelto nuevamente superavitaria pero las RIN continúan estancadas. En esta entrega analizamos las causas de este estancamiento y las lecciones que podemos extraer de esta situación.

La Balanza de Pagos resume las transacciones de bienes, servicios y de financiamiento de un país con el resto del mundo. Comprende la Balanza Comercial (exportaciones e importaciones de bienes), la Balanza de Servicios (exportaciones e importaciones de servicios como viajes, seguros, transporte), la Balanza de Factores (pago netos  de dividendos, royalties, remesas de utilidades, pago de intereses, etc.), Balanza de Transferencias (remesas netas de peruanos residentes en el extranjero), y la Balanza Financiera ( entradas y salidas de capital de corto y largo plazo como la inversión extranjera neta, las inversiones en la bolsa, etc.).

Cuando la balanza de pagos es superavitaria las RIN crecen, cuando se produce un déficit en la balanza de pagos las RIN caen. Cuando hay un equilibrio en la balanza de pagos, las RIN se mantiene en su nivel. Si una economía crece lo normal es que el nivel de RIN crezca.

En el Gráfico 1 se presenta la evolución trimestral de la Balanza Comercial, Balanza de Renta de Factores y de las RIN para el periodo 1992 – 2017 en millones de US$ dólares.  Observamos que en la década de los noventa a pesar de que tanto la balanza comercial como la de la de renta de factores era negativa el nivel de RIN aumentaba. La razón era que la entrada de capitales generada por inversión extranjera más que compensaba los déficits comerciales y de renta de factores.

Después de un estancamiento en los primeros años del 2000, el boom de los precios de los minerales generó un crecimiento del superávit de la balanza comercial que sumado a la aceleración de la inversion extranjera se tradujo en un crecimiento exponencial de los niveles de las RIN. Este crecimiento fue interrumpido temporalmente por la crisis financiera mundial del 2008. A partir del 2010 se retomó el crecimiento exponencial de las RIN como resultado de la recuperación de la balanza comercial.

A partir del 2013, el deterioro de los precios de los minerales se tradujo en la aparición de déficits en la balanza comercial y caída del nivel de las RIN. Este deterioro se mantuvo hasta mediados del 2016. A partir de esta fecha se experimentó una recuperación de los precios de los minerales que han generado superávits en la balanza comercial.  Sin embargo, esta vez a diferencia del pasado, la recuperación de los superávits comerciales no se ha traducido en crecimientos exponenciales del nivel de RIN.

El estancamiento de las RIN no se puede imputar a un deterioro de la balanza de servicios o de las transferencias netas. En el Gráfico 2 se muestra la evolución de la Balanza de Servicios y las Transferencias Netas para el periodo 1992 – 2017. Se observa que las transferencias netas se han estancado y que el déficit de la balanza de servicios ha disminuido.

Por lo tanto, la razón del estancamiento de las RIN se debe al incremento del déficit de la balanza de renta de factores y a la reducción del financiamiento, es decir al aumento de las remesas de utilidades y a la reducción de la inversión extranjera directa. En el Gráfico 3 se presenta la evolución de los principales componentes de la balanza de renta de factores y del financiamiento de la balanza de pagos. Estos indicadores son la remesa de utilidades y la inversión extranjera directa. Observamos que, con algunas excepciones, la inversion extranjera directa siempre ha sido mayor que las remesas de utilidades. Es decir, el capital extranjero siempre ha invertido en el país más de lo que se lleva como remesa de utilidades. Sin embargo, esta situación ha cambiado a partir del 2016. Observamos que, a fines del 2017, las remesas de utilidades bordean los 9,000 millones de US$ dólares mientras que la inversión extranjera directa apenas llega a los 4,000 millones de US$.  En otras palabras, estamos dejando de invertir cada año 5,000 millones (inversión equivalente a un proyecto minero como Las Bambas) por no ofrecer las condiciones económicas necesarias para retener las utilidades generadas por las empresas extranjeras en el país.

En un mundo globalizado como el actual, las utilidades generadas por una empresa extranjera buscarán el destino que les ofrezca las mejores condiciones de inversión. Si insistimos en medidas como el aumento injustificado de la remuneración mínima vital (RMV), o postergamos la reforma laboral o provisional que elevan los sobrecostos laborales, o ignoramos la reforma tributaria necesaria para combatir la informalidad y el contrabando, lo que estamos haciendo es propiciar la salida de capitales vía remesas de utilidades y desincentivando la inversión directa extranjera. Esperemos que las nuevas autoridades tomen las medidas necesarias para evitar el deterioro de la ya preocupante situación actual.