La Comisión Multisectorial del ENFEN ha declarado el mantenimiento del estado de «Alerta de El Niño Costero», anticipando la continuación de este fenómeno climático en la región Niño 1+2 hasta principios de otoño de 2024. Esta decisión se basa en un análisis experto del ENFEN, fundamentado en datos observacionales y pronósticos de modelos climáticos internacionales. Se destaca la probabilidad de que las condiciones cálidas fuertes prevalezcan hasta enero de 2024, con una proyección para el verano de 2024 que indica una alta probabilidad de que El Niño costero sea de magnitud fuerte (39%) o moderada (38%).
Además, en el Pacífico central (región Niño 3.4), se espera que El Niño se mantenga hasta mediados de otoño de 2024, alcanzando su máxima intensidad entre finales de 2023 e inicios de 2024. Las proyecciones apuntan a una alta probabilidad de que El Niño en esta región sea fuerte (60%) o moderada (31%) durante el verano. Este fenómeno climático tendrá un impacto significativo en las condiciones meteorológicas, con un pronóstico estacional para diciembre de 2023 a febrero de 2024 que prevé temperaturas del aire cálidas a lo largo de la costa, así como lluvias superiores a los valores acumulados normales en varias regiones costeras y de sierra.
El informe también aborda los efectos hidrológicos esperados debido a El Niño. Se anticipan caudales y niveles de ríos principales en el país con valores que varían entre debajo de lo normal y normal para noviembre, mientras que en la zona noroccidental se esperan caudales por encima de lo normal hacia diciembre. El lago Titicaca y sus afluentes presentarán niveles descendentes por el resto del año. Para el verano de 2024, se proyectan caudales por encima de lo normal en la zona noroccidental y posibles crecidas repentinas en la región hidrográfica del Pacífico centro, contrastando con caudales inferiores a lo normal en el Pacífico sur y la región de Titicaca.
El impacto de El Niño Costero también se extiende a los recursos pesqueros. Se espera que la distribución del stock de anchoveta se mantenga principalmente dentro de las 40 millas náuticas y que continúe la disponibilidad de perico a lo largo del litoral. El bonito, en su etapa reproductiva, mostrará un declive en maduración y desove en las próximas semanas. Por otro lado, se prevé baja disponibilidad de merluza para la flota industrial, mientras que el calamar gigante o pota mantendrá su accesibilidad. Estos cambios en los recursos pesqueros son cruciales para las actividades económicas de la región.