Elecciones regionales y municipales: luces y sombras

Si bien el triunfo de Luis Castañeda a la Alcaldía de Lima estaba cantado, una de las mayores sorpresas de las elecciones regionales y municipales fue la atropellada del candidato aprista Enrique Cornejo, quien arrebató a Susana Villarán una segunda ubicación que le hubiera dado cierto oxígeno como para aspirar a liderar al mosaico izquierdista en próximas justas electorales.

Cornejo logró alrededor del 18% de los votos, con base a la destacada solvencia técnica de sus intervenciones públicas y un trajín incansable por todos los rincones de Lima, en solitario. Este resultado lo hace aparecer como un nuevo líder dentro del Apra, que brilla con luz propia, contribuyendo a vislumbrar una senda de renovación de un partido histórico, cuyo arrastre popular ha venido a menos, anclado por muchos años a los designios de Alan García, hasta antes de ayer su único líder.

La elección de ayer también deja a nivel regional y local el sinsabor del peligro de una creciente infiltración de la corrupción y el narcotráfico en la política peruana. Hace poco la Procuraduría Anticorrupción reveló que más del 92% de los 1.841 alcaldes existentes a nivel nacional están siendo investigados por delitos de corrupción. Las regiones más comprometidas son Ancash, Cusco, Ayacucho, Junín, Huánuco, Ucayali y Madre de Dios. También reveló que de los 25 presidentes regionales, 19 vienen siendo investigados por la fiscalía o procesados judicialmente por delitos de corrupción. Los ilícitos más comunes son la asignación de obras millonarias a empresas vinculadas, el financiamiento de campañas con fondos públicos o del narcotráfico.

Un caso paradigmático es el de Cajamarca, donde el reo Gregorio Santos ha sido re-electo como presidente regional con cerca del 50% de los votos, a pesar de las múltiples evidencias de actos de corrupción y enriquecimiento ilícito en su contra. El corolario sería la profundización del letargo de la minería cajamarquina, mayor recesión y atraso en una de las regiones más ricas del Perú.

Entre otros de los casos más preocupantes figura el de Puno, donde el azuzador del incendio de la sede de la SUNAT y demás actos de vandalismo, Walter Aduviri, podría disputar la presidencia del gobierno regional con Juan Luque en una segunda vuelta.  Felizmente en Huánuco dejaría el cargo el actual presidente regional, Luis Picón, involucrado en diversos casos de corrupción, particularmente en la entrega irregular de más de S/. 70 millones a diversas empresas a cambio de valorizaciones falsas. En dicha región ganó Rubén Alva con el 34, 5% de los votos, seguido de lejos por Picón con 18, 5%.

En cambio, el actual presidente de Ayacucho, Wilfredo Oscorima, obtuvo el 29, 2% de la votación, pudiendo entrar a disputar con Edwin Donayre (29, 9%) en segunda vuelta la extensión de su dramático gobierno. Actualmente afronta 260 incidentes de corrupción de funcionarios y de presuntos delitos contra la administración pública en las modalidades de malversación de fondos, negociación incompatible y aprovechamiento indebido del cargo.

Felizmente, el triunfo de Reynaldo Hilbck 34, 3% en Piura abre esperanzas de la instalación de un buen gobierno en otra región muy rica del país, de gran potencial agroindustrial, hidrocarburífero y pesquero del país. También es buena noticia el primer lugar ocupado por Fernando Fernando Martorell (18, 8%) en Tacna, que lo llevaría a disputar la presidencia regional en segunda vuelta con Omar Jiménez (18, 6%) o Jacinto Jiménez (16, 7%).

Como se ve, el balance electoral arroja luces y sombras, ante las cuales queda en evidencia la necesidad de reformar la institucionalidad democrática, con base en pocos partidos políticos de alcance nacional, auspiciando su presencia directa en todos los rincones del país. También es preciso fortalecer instituciones como la Contraloría de la República, la Fiscalía de la Nación, la Unidad de Inteligencia Financiera y el Poder Judicial, para que puedan combatir debidamente la corrupción, el lavado de activos y el narcotráfico.