La Deuda Pública y el Fondo de Estabilización Fiscal

En el mes de enero el Ministerio de Economía y Finanzas (MEF) informó que destinaría más de 18,000 millones de soles, equivalentes a 4,500 millones de dólares, al Fondo de Estabilización Fiscal (FEF) y a la Reserva Secundaria de Liquidez (RSL) durante el primer trimestre del 2022. El MEF anunció que esta transferencia, que representaba alrededor de 2% del PBI, permitiría que los ahorros fiscales del país superasen los niveles que registraba antes de la pandemia del COVID-19. Según el MEF, la recuperación de los ahorros fiscales del país se lograría gracias a la significativa recuperación de la actividad económica registrada en el 2021.

En el Gráfico 1 se presenta la evolución trimestral de los saldos del FEF desde su creación en el 2000 hasta el II-T del 2022. Observamos que hasta el 2008 los saldos del FEF fueron insignificantes (inferiores a los 250 millones de dólares). A partir del 2009 como consecuencia del aumento de los precios de los minerales, el FEF creció hasta llegar a registrar un saldo de 9,159 millones de dólares en el tercer trimestre del 2015. A partir de esa fecha los recursos del FEF se fueron reduciendo para destinarlos a políticas de reactivación económica. Durante la pandemia el FEF fue consumido prácticamente en su totalidad llegando en el tercer trimestre de 2020 a tener un saldo de apenas 200 mil dólares. Durante el primer trimestre de este año no se concretaron transferencias al FEF como fue anunciado por el MEF y en el segundo trimestre se transfirieron solamente 1,494 millones de dólares muy por debajo de los anunciados 4,000 millones  y lejos de los niveles de 9,159 millones alcanzados en el 2015.

¿Por qué no se han transferido en su integridad los 18,000 millones de soles anunciados en enero de este año?

Los 18,000 millones de soles, equivalentes a 4.500 millones de dólares, mencionados por el MEF en enero fueron el ahorro resultante de los abultados ingresos tributarios recibidos en el 2021 y el bajo nivel de ejecución del presupuesto en ese año. A pesar del anuncio del MEF de que esos ahorros irían al FEF,   la realidad ha sido que al FEF solo se destinaron  1,494 millones de dólares. La diferencia fue transferida a la Reserva Secundaria de Liquidez (RSL).

La RSL es un instrumento financiero creado por el MEF en el 2012 y reglamentado en el 2015 para utilizar los recursos de libre disponibilidad obtenidos al final de cada año fiscal y está limitada al 1.5% del PBI.   Los recursos del RSL están destinados a financiar el déficit fiscal. Es decir el RSL es un instrumento de corto plazo destinado al financiamiento del presupuesto del año en curso, utilizando excedentes del año anterior.

A diferencia del RSL, el FEF es un instrumento de política fiscal contra cíclica, ya que acumula recursos financieros en los buenos tiempos (cuando los ingresos fiscales asociados se elevan muy por encima de los gastos presupuestados, debido a altos niveles de crecimiento o favorables precios de ‘commodities’) para  luego esos recursos puedan ser utilizados frente a choques negativos, como crisis económicas internacionales o desastres naturales.

¿Cuál es el impacto inmediato de este aporte significativo a la RSL? Reducir la necesidad del Estado de recurrir a endeudamiento adicional para financiar el presupuesto del año en curso, mientras existan recursos en el RSL. Esto de hecho ya esta ocurriendo como lo demuestra la evolución de la deuda pública en el Gráfico 2.

¿Alcanza la RSL para evitar que la deuda crezca este año?  No necesariamente, porque la RSL tiene un limite del 1.5% del PBI y los estimados del déficit para este año son de un 2.5%, por lo que se necesitara financiar con deuda al menos 1% del PBI.

¿Cuál será el impacto de la RSL y el FEF en los niveles de la deuda pública en el mediano plazo? Si bien los recursos del RSL disponibles este año contribuirán a evitar que la deuda pública continúe creciendo en forma exponencial este año, también queda claro que esto se está logrando gracias a que el FEF no ha sido repuesto a sus niveles prepandemia. Esta situación la podemos ver en el Gráfico 3 donde presentamos la evolución de la deuda pública y del FEF como porcentaje del PBI.

Observamos que el FEF con la transferencia efectuada en el segundo trimestre de este año apenas representa el 0.8% del PBI. Si comparamos con su nivel del 2014 de 4.8%, existe una brecha del 4% del PBI que es necesario reponer si quisiéramos volver a las condiciones de solvencia que teníamos en los años previos a la pandemia, para enfrentar desastres nacionales o implementar una verdadera política contra cíclica.  Sin embargo, para lograr ese 4% de aporte adicional al FEF, el nivel de la deuda pública como porcentaje del PBI se tendría que elevar del 34% proyectado  para este año al 38% del PBI, lo cual entraría en conflicto con la ley de transparencia fiscal recientemente modificada.

Es evidente que esta situación, sumada al nivel de incertidumbre política y la falta de inversión, han llevado a las agencias calificadoras de riesgo a revisar sus calificaciones respecto a nuestro país y estamos a punto de perder el grado de inversión. Nos llevó años de sacrificio y manejo ordenado de las finanzas públicas para obtener el grado de inversión que nos ha permitido obtener crédito barato y la captación de inversiones extranjeras, que se tradujeron en sostenidas tasas de crecimiento de la economía, generación de empleo y reducción de la pobreza. Lamentablemente estamos a punto de perderlo, con las tristes consecuencias que esto traería para la economía peruana. Nuestras autoridades tienen la palabra.