Según la Superintendencia Nacional de Migraciones, durante el año 2017, 109,823 venezolanos inmigraron al Perú, 64,005 hombres y 45,818 mujeres. Durante el 2018 el ingreso de venezolanos se incrementó significativamente, superando los 60,000 por mes en el mes de mayo (ver Tabla 1). A partir del mes de septiembre se nota una marcada reducción debido a las mayores exigencias documentarias a los inmigrantes venezolanos. La ultima cifra oficial es la de septiembre con una inmigración total de 32,048, 15,390 hombres y 16,658 mujeres.
Aún asumiendo que en los últimos tres meses del 2018 la tendencia decreciente de inmigrantes se haya acentuado, se estima que en todo el 2018 inmigraron al Perú 492 mil venezolanos que, sumados a los que inmigraron en el 2017, dan un total de 602 mil que permanecen en el país, 336 mil hombres y 266 mil mujeres (ver Gráfico 1).
Por otro lado, de acuerdo con los datos de la Planilla Electrónica, que mide el número de empleos formales de la economía, en el mes de junio del 2018 (último dato oficial disponible) había 12,666 trabajadores venezolanos formales. Asumiendo que el crecimiento del empleo formal de venezolanos ha continuado, se estima que a fines del 2018 habría 23 mil trabajadores formales venezolanos (ver Gráfico 2).
A partir de estas cifras podemos concluir que el impacto de la inmigración venezolana en el empleo formal ha sido mínimo. En todo caso, la alta calificación técnica del inmigrante venezolano puede haber contribuido a mejorar la productividad de la mano de obra formal del país.
La situación es diferente en el caso del sector informal. El inmigrante venezolano está dispuesto a aceptar salarios inferiores al que acepta su contraparte peruana. Como no están sujetos a las restricciones del salario mínimo, el mercado laboral se vuelve mas competitivo elevando la demanda por mano de obra en este sector. Las estadísticas del ministerio de trabajo para Lima Metropolitana durante el 2018 corroboran esta situación. Mientras que el empleo en los sectores de grandes y medianas empresas se ha contraído a lo largo del año, el sector de la microempresa ha registrado incrementos a lo largo del año. Se estima que el número de trabajadores informales se ha incrementado en más de 600 mil, de los cuales 500 mil corresponden a la mano de obra venezolana.
¿Los venezolanos han desplazado al trabajador informal peruano? No necesariamente. La mejor prueba es que el desempleo abierto (que mide los desempleados formales e informales) no ha aumentado. Con salarios menores, la demanda laboral crece y hay lugar para todos, peruanos y venezolanos. Lo que si debe haber ocurrido es una disminución en el ingreso promedio del trabajador informal.
¿Qué otro efecto ha tenido la inmigración venezolana sobre la economía peruana? El principal efecto ha sido sobre el impacto positivo sobre el consumo privado. Sólo en el 2018, se incorporaron al mercado 500 mil consumidores venezolanos lo que significa un incremento de más del 1.6% sobre el total de la población del país. Si asumimos que el consumo per cápita del venezolano es similar del consumidor peruano y que la inmigración se ha repartido a lo largo del año, promediando 300 mil, concluimos que el consumo privado habría crecido 1% como resultado de la inmigración venezolana.
En otras palabras, sin la presencia de la inmigración venezolana, el consumo privado en lugar de haber crecido 3.9% hubiese crecido solo 2.9%. Como el consumo privado representa el 70% del PBI total, el impacto de la inmigración venezolana sobre el PBI seria de alrededor de 0.7%. Sin la inmigración venezolana, el Perú en lugar de haber crecido 3.8% hubiese crecido apenas un 3.1%. Este resultado desnuda la precaria situación de la economía peruana.
Para este año se espera una progresiva eliminación del impacto positivo de la inmigración venezolana sobre el PBI, que podría agravarse si se inicia un retorno masivo de venezolanos a su patria si se normaliza la situación en Venezuela. Por lo tanto, se hace más difícil lograr la meta del 4% de crecimiento del PBI para el 2019.
Podemos concluir que la inmigración venezolana ha sido benéfica para la economía peruana ya que ha contribuido a elevar el consumo privado, aumentar el empleo y mejorar la productividad tanto del sector formal como del informal. Todo ello a costa de una reducción del salario promedio del sector informal. La inmigración venezolana ha conseguido lo que el aumento del salario mínimo no ha logrado. La falta de flexibilidad laboral en el mercado peruano y su impacto en la generación de empleo formal ha quedado evidenciada por la inmigración venezolana.