Es práctica común medir el desempeño de una empresa por las utilidades o pérdidas que ésta obtenga al término de un período económico. Sin embargo, las utilidades no siempre son suficientes para cubrir el costo del capital empleado en la generación de la misma, el cual está dado por el costo del capital empleado. En caso de reinversión de utilidades, si la empresa no estará en condiciones de invertir dichos recursos de manera tal que obtenga como mínimo la rentabilidad del capital empleado, no debiera aceptar dicha reinversión para que sus accionistas puedan invertir en otros activos que si les ofrezcan ese rendimiento.
La medida de que las utilidades no sólo satisfacen la rentabilidad mínima exigida para cubrir el costo del capital empleado se determina a través del EVA (por su siglas en ingles Economic Value Added). En el sector microfinanciero peruano, al cierre del 2015, 17 de 29 entidades microfinancieras (cajas municipales, cajas rurales y edpymes) obtuvieron utilidades, y de éstas tan sólo 5 produjeron EVA, lo que pone en evidencia que las utilidades del 2015 de las 12 microfinancieras que no produjeron EVA no deberían reinvertirse porque no generarían la rentabilidad mínima del costo del capital empleado, por tanto los accionistas de éstas microfinancieras debieran reinvertir sus utilidades en otros activos que si les ofrezcan por lo menos dicha rentabilidad mínima.
Para que las 12 microfinancieras reviertan dicha situación y generen EVA deben: (i) mejorar sostenidamente sus márgenes operacionales y operacionales netos, (ii) Optimizar siempre el capital empleado en sus negocios, y (iii) reducir sostenidamente el costo del capital empleado en sus negocios. Gestionar estas tres variables para generar EVA es muy complejo. Por ejemplo, si se buscara incrementar los márgenes a través de la expansión, como consecuencia se tendría que incrementar la inversión, entonces el EVA podría aumentar sólo si el margen adicional generado por la expansión excede el costo marginal de dicha inversión.