«Van a mantenerse los efectos de las sanciones en términos de acceso externo a los mercados financieros y a nuevas tecnologías de inversión (debido a la participación de Rusia en el conflicto en Ucrania)», dijo el FMI.
El año pasado, potencias occidentales impusieron restricciones que limitaban el financiamiento internacional para los grandes bancos y las empresas de energía rusas y también a las exportaciones de alta tecnología al sector de la energía.
En represalia, Rusia vetó importaciones de productos alimenticios de Occidente.
El Fondo Monetario Internacional (FMI) estimó que el efecto inmediato de las sanciones y de las medidas tomadas por Rusia fue la reducción de entre un 1% y un 1, 5% del PBI, la cual podría subir a 9% en los próximos años.
Sin embargo, advirtió que esos resultados -conducidos por modelo- se sujetaban a una incertidumbre significativa.
La economía rusa muestra señales de estabilización tras caer por la presión de las sanciones financieras de Occidente y de las medidas que tomó en respuesta.
El FMI pronosticó además un crecimiento económico «débil» de cerca de 1, 5% al año en el mediano plazo. La economía de Rusia estaba creciendo a un 7% anual antes de la crisis financiera global del 2008.
Sin embargo, Rusia retomaría el crecimiento económico el próximo año gracias a un rublo más débil que impulsaría la competitividad, una mayor demanda externa y la normalización de las condiciones financieras domésticas, señaló el fondo.
La entidad calcula que en el 2016 Rusia tendrá un crecimiento de 0, 2% tras una contracción de 3, 4% este año, en línea con proyecciones anteriores.