Pekín emitió el lunes su primera “alerta roja” por contaminación ambiental, y las autoridades municipales advirtieron que la capital china estaría sumida en un intenso esmog desde el martes hasta el jueves.
Las autoridades chinas han prometido lidiar con el deterioro de las condiciones medioambientales, incluyendo la contaminación del aire que asedia a varias grandes ciudades del país después de décadas de un crecimiento económico desenfrenado.
El secretario general de Naciones Unidas, Ban Ki-moon, advirtió el lunes en la cumbre de París, donde se reúnen representantes de casi 200 países, sobre una “catástrofe climática” y pidió a los gobiernos que alcancen un acuerdo firme para contener el calentamiento global.
En un comunicado divulgado por internet, las autoridades de Pekín ordenaron la paralización de todas las obras de construcción durante los días de alerta roja, además del cierre de todas las escuelas.
El aviso, emitido luego de días de intenso esmog durante la semana pasada, también incluye restricciones al tráfico para ciertos tipos de vehículos en la ciudad habitada por 22, 5 millones de personas.
“Los vehículos que transportan excavaciones, grava y residuos de construcciones, (además de) los camiones de cemento y otros vehículos de gran escala tienen prohibida la circulación en las calles”, dijeron las autoridades en la advertencia.
El aviso eleva el nivel de riesgo desde la “alerta naranja” emitida durante el fin de semana, en un sistema de cuatro grados sobre la contaminación del aire en las ciudades.
Los residentes de Pekín se volcaron a internet para criticar a las autoridades por no lanzar la alerta roja durante el fin de semana, cuando empeoraron los niveles de esmog, excediendo el grado de riesgo marcado en los índices de polución.