Independientemente de la debilidad del crecimiento económico, de la magnitud de la caída de la inversión o de la caída de los precios del cobre, el índice de desempleo se mantenía cerca de un bajo nivel récord (5, 9%). Ahora empieza a cambiar.
El desempleo, que aumentó a 6, 4% en los primeros meses, podría llegar a 7, 5%, señala el economista de Euroamérica Felipe Alarcón, lo que afectaría la demanda de los consumidores en una economía que ya sufre una caída de la inversión.
El consejero del Banco Central Mario Marcel dijo que los indicios de una creciente debilidad del mercado laboral ya estaban presentes y que sólo hacía falta saber dónde mirar.
La cantidad de personas que encontraba empleo fijo empezó a declinar en octubre del año pasado. Para marzo, casi nadie encontraba un empleo fijo.
“El mercado laboral se ha venido ajustando desde hace unos meses”, dijo Marcel el mes pasado en una entrevista. “La idea de que el mercado laboral estaba aislado del ciclo económico no es correcta”.
Incluso antes de que el empleo asalariado empezara a declinar, la gente se volcaba al trabajo independiente. Eso podría hacer pensar en start-ups de Silicon Valley, pero es mucho más probable que se trate de gente que vende cosas en la calle o que hace trabajo de construcción informal para familias o pequeños clientes, todo ello al margen de la economía formal.
“Se trata de empleo de baja calidad, sin contrato ni beneficios sociales”, dijo Alarcón. “Es probable que corresponda a gente que comienza a trabajar de esa forma luego de perder un empleo permanente”.
El director del banco central, Marcel, dijo que la capacidad de Chile de resistir dos años de crecimiento vacilante antes de que aumentara el desempleo demostraba lo flexible que era el mercado laboral. “No todo el debilitamiento pasaba por el desempleo”, dijo Marcel.
Sin embargo, lo que para los economistas es flexibilidad, para algunos trabajadores es inseguridad. Los chilenos ya sufren mayor inestabilidad que los trabajadores de otros países, al haber en Chile más personas con contratos de empleo temporario que en cualquier otro país de la OCDE.
También podría haber en juego factores a más largo plazo. Durante años, los chilenos trabajaron más que los habitantes de los demás países de la OCDE, que cuenta con 34 miembros. Ahora la cantidad de horas semanales declina. A medida que el país prospera, la gente busca tener más tiempo libre, lo que proporciona otra explicación para la resistencia a corto plazo del mercado laboral.
Independientemente de las tendencias subyacentes, el desempleo en Chile ahora aumenta. Si bien la cifra oficial llegó a 6, 4% en abril, una encuesta de la Universidad de Chile indica que la cifra en la capital, Santiago, fue de 9, 4% en el primer trimestre.
“Es un punto de inflexión en lo relativo a las cifras de desempleo”, dijo el economista de BTG Pactual Mario Arend. “Si la economía sigue creciendo entre 1, 5% y 2%, la brecha de producción crecerá y eso se reflejará en las cifras de desempleo”.