La semana pasada introdujimos el concepto de Productividad Total de Factores (PTF) como un buen indicador del progreso de una nación en forma independiente de los factores “Capital” y “Trabajo”. Esta semana analizamos dos indicadores alternativos de medir la productividad de un país: (i) el Índice de Competitividad Global publicado por el World Economic Forum; y (ii) el Índice del Doing Business Report del Banco Mundial. Nuestro objetivo es comparar estos dos índices con la PTF, para identificar sus coincidencias y deficiencias para de esta forma llegar a conclusiones de cómo ser más competitivos en el merca do internacional.
Los mencionados índices de competitividad no son el resultado de una estimación econométrica, sino que se obtienen por medio de encuestas entre empresarios de cada país y su objetivo es obtener un ranking anual de todos los países que participan en las encuestas.
En el caso del índice del World Economic Forum, la calificación de cada país se basa en 12 pilares que abarcan desde crecimiento económico y bienestar hasta el grado de innovación de una economía. Es decir no aíslan el progreso técnico de otros factores de crecimiento de la economía. Es más, las ponderaciones utilizadas para consolidar las calificaciones de los 12 pilares varían de acuerdo al grado de desarrollo de los países.
El indicador del Banco Mundial está orientado a medir la calidad de las regulaciones de un país como indicadores de su competitividad. Las encuestan abarcan 10 áreas que van desde el costo de iniciar un negocio, permisos de construcción, hasta la facilidad para el pago de impuestos y facilidad para exportar. El número de áreas cubiertas por este índice han sido revisadas en los últimos años. Se objeta, por ejemplo, que a partir de 2014 se haya eliminado el área de regulación del mercado laboral ante la presión de la Organización Internacional de Trabajo (OIT).
Estos sesgos en las ponderaciones hacen que por ejemplo, Suiza se mantenga en la primera posición del ranking del World Economic Forum (WEF), mientras que en el índice del Banco Mundial Suiza se ubica por debajo del puesto 20. O que Perú que estaba en el puesto 55 en el 2006, detrás de Chile que estaba en el puesto 29, en el año 2015 con el cambio de metodología, resulte en el puesto 35 mientras que Chile queda por debajo de Perú en el puesto 41.
En este contexto, la PTF es más objetiva ya que no depende de encuestas y, captura todos los aspectos que no están directamente ligados a los factores Capital y Trabajo y, por lo tanto está asociada con diversos elementos como mejoras en educación, seguridad, acceso y costo del crédito, trámites burocráticos, la seguridad jurídica, y todo aquello que contribuye a aumentar la productividad de los trabajadores y del capital. Por otro lado, la evolución de la PTF también refleja el impacto negativo de las decisiones de política como la Reforma Agraria, la nacionalización de la Banca o las trabas burocráticas a la inversión minera. Por lo tanto la evolución de la PTF es un buen indicador del progreso de una nación en forma independiente del ciclo económico generalmente asociado a las condiciones de la economía internacional y a los niveles de inversión en stock de capital.
Para poder comparar la PTF con los indicadores de competitividad del Banco Mundial y el WEF necesitamos convertir la PTF, que es la variación del porcentual anual del PBI no explicada por los factores Capital o Trabajo, en un índice. Para ello hemos tomado el 2007 como año base para fijar el índice de la PTF igual a 100 y, a partir de este año base, hemos acumulado el valor de la PTF hacia adelante y hacia atrás para obtener el índice de la PTF para el periodo 1950 a 2014. Los índices del BM y el WEF también se han convertido al año base 2007 para hacerlos equiparables.
En el gráfico adjunto se presenta la evolución de la PTF para el periodo 1985 – 2014 conjuntamente con la evolución del Índice de Competitividad del World Economic Forum y el Índice de Doing Business del Banco Mundial para los años que están disponibles.
¿Qué se puede hacer para revertir la tendencia de la productividad de la economía peruana evidenciada en los últimos años? La mejor respuesta es tomar cada uno de los temas considerados en los indicadores del WEF y del BM y definir un plan de acción específico para cada uno de ellos, priorizando los más relevantes para nuestra economía. Por ejemplo, de acuerdo al WEF se debe prioritariamente reforzar las instituciones (especialmente los gobiernos regionales y el poder judicial en lo que atañe el pago de sobornos); mejorar la educación primaria y la salud básica (calidad de la educación y atención de enfermedades crónicas); y mejorar sustantivamente la capacidad de innovación (mejorar la calidad de las instituciones de investigación e incrementar el gasto dedicado a investigación y desarrollo).
De acuerdo al BM, el país necesita prioritariamente mejorar su capacidad de cumplimiento de contratos (tanto por el costo como por el número de procedimientos asociados); reducir los costos y trámites burocráticos asociados a la creación de nuevos negocios, permisos de construcción e instalación de electricidad; asimismo simplificar el sistema tributario y el tiempo que las empresas emplean en el cumplimiento de sus obligaciones tributarias.
Finalmente, es necesario mencionar algunos puntos que los indicadores del WEF y el BM no consideran como disminuir la informalidad, ya que el empleo formal es más productivo que el informal; reducir los costos de despido y flexibilizar la legislación laboral; mejorar la gestión de los gobiernos regionales y municipales. Además, la seguridad ciudadana y la seguridad jurídica son aspectos que necesitan ser mejorados para elevar la productividad de la economía peruana.
Para hacer todos estos cambios se requiere una agenda legislativa que considere todos estos puntos en forma integral. Esta nueva ola de reformas, necesaria para atraer la inversión privada nacional y extranjera y relanzar el modelo económico, serán temas que abordaremos en nuestras próximas entregas semanales.