Uno de los pilares del modelo económico peruano ha sido la apertura económica concretada a través de la reducción significativa de las tarifas aduaneras (aranceles) y la firma de tratados de libre comercio (TLC). El objetivo de la apertura económica ha sido agrandar el mercado para las empresas nacionales y hacerlas más productivas aprovechando nuestras ventajas comparativas. Sin embargo, en los últimos años se viene observando una marcada caída de la producción de ciertos sectores en los cuales se suponía teníamos ventajas comparativas a nivel mundial como es el caso del sector textil y calzado. En estos sectores no solo no hemos ganado nuevos mercados internacionales, sino que también estamos perdiendo el mercado nacional. En esta entrega analizamos el porqué de esta diferencia y qué medidas se pueden tomar para revertir la crisis de las actividades textil, confecciones y fabricación de calzado.
En el Gráfico 1 se presentan la evolución del PBI real de las principales actividades del sector manufacturero para el periodo 2007 – 2016. Las actividades seleccionadas corresponden a las principales actividades de consumo masivo: (i) Molinería, fideos, panadería y otros; (ii) fabricación de bebidas; (iii) procesamiento de carnes; (iv) fabricación de textiles; (v) fabricación de prendas de vestir; y (vi) fabricación de cuero y calzado. Se observa que mientras las tres primeras crecen sostenidamente durante todo el periodo, las tres últimas presentan una clara tendencia decreciente en los últimos cuatro años. Las seis actividades están relacionadas con el consumo masivo y por lo tanto deberían crecer al menos al ritmo del crecimiento de la población. Adicionalmente se debería tomar en cuenta el crecimiento de las exportaciones.
¿Por qué unas actividades crecen y otras no? Existen muchas razones, pero la principal es la masiva entrada de importaciones, principalmente chinas, en las ramas de textiles, confecciones y calzado (zapatos y zapatillas), lo cual no se da en las primeras tres.
Si bien estas actividades fueron excluidas de la reducción de aranceles en el TLC del Perú con China, la tasa arancelaria de 11% ad valorem que se les aplica, que es la máxima en el Perú, no ha sido suficiente para frenar el crecimiento de las importaciones. Son conocidas a nivel mundial las estrategias que aplican China, Vietnam y otros países para fomentar el empleo a través de exportaciones a precios menores a los de su mercado interno (dumping). Estas estrategias son difíciles de evidenciar, pero, aún así, en algunos casos se ha demostrado la existencia de dumping, lográndose que Indecopi aplique medidas anti dumping. Sin embargo, la aplicación de estas medidas ha sido intermitente, afectando solamente algunas partidas arancelarias y no han tenido mucho efecto.
Confecciones y calzado son intensivas en mano de obra y por ese motivo lo que debe preocupar al Estado es la pérdida de empleos si éstas continúan reduciéndose. Si el Estado quiere incrementar el empleo, como lo afirma, lo primero que debe hacer es buscar que no desaparezcan los empleos que ya existen. Ha tomado décadas establecer clusters en éstos sectores y sería muy difícil reconstruirlos.
En Chile la política de apertura comercial ha hecho prácticamente desaparecer los sectores de confecciones y calzado. Sin embargo, el perfil de la mano de obra peruana es más parecido al de México y Colombia. ¿Qué han hecho México y Colombia para enfrentar el problema de la invasión de importaciones chinas? Las autoridades mexicanas y colombianas han planteado una política industrial integral para estos sectores que apunta a un aumento de la productividad en toda la cadena productiva de estos sectores y una flexibilización laboral que reduce el costo laboral a fin de ponerlos en igualdad de condiciones con los productores chinos. La política industrial incluye un acuerdo entre los productores y el gobierno para lograr en un plazo de 10 años los objetivos trazados. En esos países se mantienen aranceles elevados (30% o más), además de aplicar medidas para arancelarias para estos y otros sectores considerados sensibles.
Lamentablemente el gobierno peruano, queriendo ser más papista que el Papa, ha decido optar por el camino seguido por Chile, es decir ignorar el potencial que tiene estos sectores debido a sus ventajas comparativas sobre otros países y optar por un arancel bajo que no compensa las imperfecciones de mercado de la economía china que hacen que el producto chino llegue al país a precios más bajos que el productor peruano puede ofrecer. Basta dar una vuelta por las tiendas Saga Falabella o Ripley para darse cuenta de cómo el producto chino, de calidad similar o inferior al producto peruano, lo ha desplazado en base a precios más bajos.
En el caso del Perú es evidente la ausencia de una clara política industrial en estas actividades. La reducción de la producción en estos sectores incide directamente sobre la demanda de mano de obra formal haciendo que estos sectores recurran a la informalidad como medio de reducción de costos laborales. La falta de flexibilidad laboral especialmente en lo que se refiere a los despidos encarece innecesariamente la mano de obra restándole competitividad al producto peruano frente a las importaciones chinas.
¿Qué debe hacer el gobierno peruano para confrontar la crisis que viven los sectores textil, confecciones y calzado consecuencia de las importaciones chinas? El Ministerio de la Producción y el Ministerio de Economía deberían optar por el camino seguido por México y Colombia en lugar de cruzar los brazos y seguir la política optada por Chile. El gobierno peruano debería diseñar una política integral que incluya la flexibilización laboral y que comprometa al sector privado a realizar aumentos de productividad en toda la cadena de valor de estas actividades a fin de equiparar en un plazo de 5 años la productividad del producto chino. A cambio de este compromiso el gobierno peruano elevaría temporalmente los aranceles de estos productos a fin de que el sector privado, en estrecha colaboración con el gobierno, pueda cumplir con las metas y los compromisos definidos en la política integral del gobierno para estos sectores.