Destacados economistas me han hecho llegar sus comentarios sobre mi artículo de la semana pasada. Los comentarios, muy válidos, por cierto, se concentran en el extraordinario crecimiento a partir de los 90 de los factores de producción del sector agropecuario: (i) área cosechada y (ii) población empleada que se muestran en el Gráfico 1.
Los datos del área cosechada provienen de los Compendios Estadísticos que publica el INEI anualmente y los datos de empleo en el sector agropecuario han sido tomados de la matriz de empleo de las Cuentas Nacionales del INEI. A partir del 2007 el INEI ha cambiado su metodología de estimación de la población ocupada, y publica en forma desagregada el número de empleados remunerados (formales) y el número de empleados no remunerados (informales) asociados al ingreso mixto del sector agropecuario.
Lo que llama la atención es el incremento significativo del empleo entre 1992 y 2007 y su estancamiento a partir del 2008. Es muy posible que el cambio de metodología de las cuentas nacionales en el 2007, que considera el número de empleados equivalentes en lugar de número de empleados ocupados, distorsione en alguna medida las estadísticas de empleo respecto a las estadísticas previas a 2007. Sin embargo, es evidente que el crecimiento significativo del área cosechada a partir de los 90 tiene que haber impactado en el crecimiento del empleo (formal e informal) del sector agropecuario.
En la Tabla 1 mostramos el crecimiento del área cosechada para los principales productos agrícolas. Observamos que los mayores crecimientos de área cosechada se han dado en los cultivos que se producen en la Selva Alta (café, palma aceitera, arroz, plátano), que coincidentemente son las zonas donde ha habido un incremento significativo de empleo agrícola. También se observa un crecimiento significativo de frutales (palta, vid, naranja, mango), principalmente en la Costa.
¿Cuál ha sido el impacto de la evolución de los factores de producción en la productividad del sector agropecuario? El impacto lo podemos dividir en dos periodos claramente diferenciados: (i) periodo de productividad decreciente, de 1990 a 2007; y (ii) periodo de productividad creciente, de 2007 a la fecha. Hemos dejado de lado el periodo 1970 – 1990 que estuvo marcado por la reforma agraria que generó un total estancamiento, tanto en el crecimiento de los factores como en la productividad.
PRODUCCIÓN Y PRODUCTIVIDAD
Entre 1990 – 2007, el sector agropecuario creció, más por el incremento de los factores de producción (área cosechada y empleo) que por un aumento de la productividad. La ampliación de la red vial (carretera marginal) y la pacificación del país generó una expansión del área cosechada que fue acompañada por un incremento significativo de mano de obra, en su mayor parte informal.
A partir del 2007, se observa un cambio significativo de tendencia. El crecimiento del área cosechada se comienza a desacelerar con el consecuente estancamiento del número de empleados en el sector. El continuo crecimiento del PBI agropecuario a tasas significativas se ha debido más a mejoras en productividad que al aumento de aras de cultivo o trabajadores.
¿Pero cuan significativo ha sido el aumento de la productividad del sector agropecuario a partir del 2007? En el Gráfico 2 se presenta la evolución de la productividad laboral del sector diferenciando la productividad laboral del sector formal y el sector informal para el periodo 2007 – 2018. Las estadísticas han sido obtenidas de las cuentas nacionales del INEI que diferencian, a partir del 2007, el valor agregado del PBI agropecuario entre valor agregado del sector formal y el ingreso mixto del sector informal.
La productividad laboral se define como la división del PBI del sector agropecuario entre el número de empleados en el sector, es decir cuantos miles de soles produce cada trabajador. La productividad laboral del sector formal se define como el valor agregado total menos el ingreso mixto del sector informal dividido por el número de empleados remunerados (formales). La productividad del sector informal se define como la división del ingreso mixto del sector informal dividido por el número de empleados no remunerados (informales) del sector agropecuario.
Observamos que, si bien tanto el sector formal y el sector informal vienen registrando un incremento de sus productividades a lo largo del periodo analizado, lo remarcable es que la productividad del sector informal sea superior al incremento de la productividad del sector formal. De acuerdo con los datos del INEI, 76% de los trabajadores del sector agropecuario son no remunerados, es decir perciben un ingreso mixto asociado al sector informal. Sin embargo, esos mismos trabajadores reciben, en promedio, un ingreso anual de 7,000 soles constantes del 2007, que es superior al valor agregado promedio generado por un trabajador remunerado (formal) que es de aproximadamente 6,000 soles constantes de 2007. Con estos niveles de productividad, difícilmente un empresario del sector puede pagar una Remuneración Mínima Vital.
Estas cifras de productividad laboral en el sector agropecuario nos revelan la brecha abismal que tenemos con las productividades de países como EUA, Australia, países europeos, o de Brasil, Argentina o Chile.
EL PROBLEMA DEL MINIFUNDIO
La pobreza esta concentrada en los trabajadores del sector agropecuario. La solución a este problema pasa por un significativo aumento de la productividad laboral de este sector. La construcción de grandes proyectos de irrigación, si bien aumentan la frontera agrícola y aumentan la productividad, no son la única solución, debido a que el gran porcentaje de área cosechada existente exhibe bajísimos niveles de productividad. A esta situación se le agrega el problema del mini fundo, que imposibilita la inversión necesaria para el aumento de productividad.
Para romper esta falla de mercado se requiere una inversión masiva y constante por parte del gobierno en este sector en reservorios, canales, riego tecnificado, siembra y cosecha de agua a lo largo de por lo menos una década para lograr aumentos significativos en la productividad del sector agropecuario. La disminución de la pobreza no pasa por la implantación de programas de transferencia monetaria, pasa por la inversión necesaria para aumentar la productividad del sector.