Como quiera que toda crisis, trae oportunidades. El Perú tiene hoy la oportunidad de resolver en gran parte el problema de acceso y alto costo de financiamiento a la mype, sobre todo si ésta representa más del 90% de las unidades económicas peruanas y contribuyen con alrededor del 40% del PBI.
Cuando en el 2015 (Ley Nº30308) se permitió a la mype, y en general a todas las empresas del país, hacer que sus facturas comerciales se convirtieran en facturas negociables (documentos con mérito ejecutivo equivalente a un título valor), pasando por un proceso con participación del deudor de la factura ante una Institución de Compensación y Liquidación de Valores –ICLV (hoy sólo opera una ICLV, que es CAVALI), por primera vez se abrió la posibilidad de que, sobre todo la mype, pueda acceder a fondeo a través del mercado de capitales.
Dicha medida permitió, en primer lugar, desarrollar la oferta de factoring, al incorporar a empresas no supervisadas por la SBS a brindar dicho servicio, en la medida que éstas no captarán ahorros del público. Con ello, los costos por la supervisión a cargo de la SBS –que se trasladaban al costo del factoring–, empezaron a tomar una tendencia decreciente. Es decir, se abrió la posibilidad de, a la vez, mejorar el acceso y el costo del financiamiento para la mype.
Desde el 2016 el factoring otorgado por empresas no supervisadas por la SBS empezó a crecer de manera exponencial, sin embargo en los últimos años ha empezado a frenarse por que el flujo de fondeo con recursos de fondos de inversión que captan inversiones internacionales o de banca privada local (inversionistas de patrimonio) fue desacelerándose para reducir su exposición de límites de inversión.
Hoy en día, con la crisis económica en ciernes generada por la pandemia Covid-19, las limitantes de fondeo para factoring a la mype se seguirán reduciendo aún más, porque las fuentes de fondeo reconocerán un mayor nivel de riesgo que con la crisis en ciernes experimentarán los negocios intensivos en mypes (principalmente, comercio y servicios).
En este contexto, para mitigar el descalce y ausencia de capital de trabajo en la mype, a fin de evitar que se rompa la cadena de pagos vinculada con la mype, el Gobierno acaba de lanzar un fondo de apoyo crediticio a la mype por S/ 300 millones, que otorgará crédito a la mype a través de entidades financieras y cooperativas, así como brindará cobertura escalonadas a dichas operaciones de crédito. De la misma manera, acaba de relanzar el Fondo CRECER que también acelerará la inyección de sus S/ 1080 Mills a través de crédito y coberturas escalonadas.
Se estima que dichos recursos serían insuficientes para el propósito que se persigue, más aún si existe probada evidencia en las microfinancieras peruanas que entre el 10% y 15% de los créditos otorgados cambiarían su destino, lo cual para los propósitos de las medidas tomadas por el Gobierno, se vería reduciría la efectividad de las mismas.
Esto se traduce en que, existiendo mayores necesidades de financiamiento para la mype, porque muchas de ellas son entre el hogar y el negocio una sola unidad de consumo y de producción a la vez, se estima que entre 20% y 30% del crédito que reciba la mype por parte del Fondo creado recientemente podría desviarse a actividades no productivas (del hogar u otros consumo personales).
Una medida que sería más efectiva, y que además puede representar un impulso importante en el financiamiento a la mype, es que el Estado pase de un rol promotor a través de políticas públicas para desarrollo del factoring, a tener que asumir un rol realmente protagónico para impulsar a mayor escala el factoring a la mype. Para alcanzar dicho propósito, se podría crear un fondo de inversión con capital semilla público, que opere en primer y segundo piso.
El Fondo de Inversión propuesto podría hacer factoring directamente con mypes descontando sus facturas comerciales a plazos de 90, 120, 150 y 180 dias, a tasas de interés a las que el Estado levanta fondos. Asimismo, dicho Fondo también podría canalizar líneas de financiamiento para empresas de factoring no supervisadas por la SBS, a fin de que éstas últimas también hagan factoring o estructuren otras operaciones con factoring según la tecnología financiera innovativa que hubieren desarrollado.
Como las mypes necesitarán previamente capital de trabajo para reactivar sus negocios, se tendría que darles la opción de girar facturas a futuro para ser descontadas por adelantado a un monto equivalente al 40% o 50% de la venta promedio de similar mes de 2019.
Aprovechando la mayor escala de factoring bajo el Fondo de Inversión propuesto, el costo financiero a la mype tenderá a bajar. Si al cabo de 1 o 2 años, se aspira a llevar el factoring incluso a una aun mayor escala, se puede abrir el capital de Fondo de Inversión para que se incorporen al capital fuentes de fondeo internacionales y multilaterales, con lo cual el Estado podría retirar el capital semilla, dejando que el Fondo de Inversión continúe autosostenible en manos del sector privado.
La ventaja del Fondo de Inversión propuesto, en comparación con el fondo de apoyo crediticio a la mype recientemente creado, es que con dicho Fondo de Inversión, al utilizar la factura comercial como medio de financiamiento se estaría asegurando que detrás de ella exista una producción económica efectiva, por tanto el impacto económico de la medida podría ser mayor.
El Fondo de Inversión propuesto también puede contribuir a formalizar a la mype informal, porque sería un incentivo para que ésta mype que hoy se financia a costo financiero elevado, al ver más atractiva y beneficiosa esta opción de financiamiento busque formalizarse para acceder a dicho beneficio.