El ritmo de crecimiento de la demanda mundial de petróleo será más lento en 2023 de lo que viene siendo en 2022. Se espera que el próximo año crezca 2,7% frente a un avance de 3,5% en 2022, con lo que marcaría un segundo año de desaceleración luego de la expansión de 6,3% de 2021. Con ello, y teniendo en cuenta los actuales niveles de la oferta y de los inventarios de petróleo tanto de los miembros de la OPEP como del esquisto estadounidense, es muy probable que se presente un período de recortes en la cotización internacional del crudo.
Las perspectivas fueron dadas a conocer por la OPEP en su acostumbrado boletín mensual, en el que además mencionó que la demanda de 2022 cerrará en 100 millones de barriles diarios, de los cuales 21% corresponderán a la demanda de EEUU, 15% a la de China y 13% a la de Europa. Para 2023 el cartel del crudo considera que las demandas tanto de EEUU como de Europa apenas crecerán 0,8% y 0,6%, respectivamente, lo que implícitamente anticipa abruptas desaceleraciones en ambas economías.