Anchoveta: ¿Harina o consumo humano directo?

Se ha publicado un estudio de caso formulado por la IFFO y la SNP,  que puede leerse en el siguiente link que a la letra dice:

“De entre todas las especies de peces, la anchoveta peruana es una de las que tiene más contenido de ácidos grasos poliinsaturados EPA y DHA. Aunque se consume como pescado entero, la mayor parte de la anchoveta peruana se convierte en aceite de pescado para alimentos balanceados y cápsulas, así como en harina de pescado, utilizada principalmente en alimentos balanceados acuáticos. Las tasas comparativamente bajas de consumo humano directo han llevado a algunos a acusar a la industria y al Gobierno peruano de privar a las comunidades locales de una fuente valiosa de alimentos

A pesar de los esfuerzos del Gobierno peruano y el sector privado, el consumo humano directo de la anchoveta peruana permanece en un nivel muy bajo en el país. Este es un interesante caso de estudio que indica el malentendido de suponer que las especies de peces forrajeras son mejores para el consumo directo de las personas. En este caso existen otras especies más aptas para el consumo de los hogares en el país y éstas son las preferidas en el mercado.

En cambio, el consumo indirecto de esta especie a través del suministro de harina y aceite de pescado alimenta a la población mundial vía la acuicultura. Esta declaración fue hecha por el Viceministro de Pesca y Acuicultura del Perú, Sr. Héctor Soldi, en la Conferencia de las Naciones Unidas sobre los Océanos de 2017, en la que destacó la contribución de la anchoveta peruana en la acuicultura mundial.

De similar manera, el profesor Manuel Barange, Director de Políticas de Pesca y Acuicultura de la FAO, destacó en la reunión de Sostenibilidad de Productos Marinos llevada a cabo en Seaweb Seafood Summit 2017, que los peces son un conversor de alimentos balanceados a proteína mucho más efectivo que el pollo o el chancho. Así, resaltó: “Si tenemos que criar animales para nuestra alimentación, criar peces es una forma muy efectiva de hacerlo”.

Las perspectivas señaladas en este caso de estudio no son específicas al Perú sino comunes a otras regiones donde existe abundancia de pequeños pelágicos”

La nota anterior no deja de tener razón en la medida que existe suficiente biomasa de anchoveta para atender el CHD y el CHI.

El tema de fondo es sencillamente una cuestión de rentabilidad. La empresa privada, por su propia esencia, orienta sus inversiones a la obtención de ganancias y en este sentido es evidente que la producción de harina es más rentable que cualquier otra. Sin desmerecer los esfuerzos en pro del desarrollo de productos y alternativas para el CHD que se vienen realizando, resultan insuficientes si no existe un mercado adecuado.

Lo que corresponde, en cuanto a la alimentación en el Perú,  es la participación eficiente del Estado a través de políticas públicas, para facilitar la creación de un mercado que ofrezca un atractivo apropiado a la empresa privada a fin de que se oriente a la atención del mercado nacional de CHD. Una intervención de esta naturaleza está ampliamente justificada por la necesidad de mejorar la alimentación nacional.

Por otro lado es justificable e indispensable la intervención del Estado a través de programas sociales que empleen anchoveta para combatir la desnutrición y la anemia infantil, así como también para la alimentación popular, en especial de las poblaciones vulnerables.

Este rol social, simultáneamente puede contribuir a la creación del hábito de consumo de anchoveta en la población peruana. Son cosas que van por cuerdas separadas y que no debieran generar enfrentamiento ni confrontación entre el Estado, la industria y la sociedad.

Educar a la población peruana, en especial a la infantil,  en el consumo de anchoveta significa no solo contribuir con el combate contra la anemia y desnutrición, sino crear las bases para que las nuevas generaciones adquieran nuevos hábitos de consumo de proteína de origen hidrobiológico. Dada la abundancia de anchoveta en el ecosistema marino peruano, es de presumir que en el mediano plazo, destinar recursos a la extracción y comercialización de esta especie en el mercado interno, resultaría un negocio rentable que coexistiría con el de producción de harina de pescado para exportación.

Es un esfuerzo de largo plazo que no necesariamente generará resultados visibles en un solo período de gobierno; pero desde la perspectiva de una Política de Estado es una acción necesaria e impostergable.

El tema de fondo es que la pesca industrial y artesanal van desarrollándose y creciendo solas, en ausencia de una política de Estado de largo plazo. Podría llegarse a un desarrollo sostenible mejor articulado, si existiese una visión nacional que muestre qué futuro queremos y fijando como meta prioritaria la alimentación nacional.

 

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